viernes, 18 de septiembre de 2015

Benidorm, Diciembre de 2.013

Benidorm en Diciembre

Proemio.

Como esta vez nos hemos alojado en un hotel de nombre mitológico, no he podido resistir la tentación de indagar un poco en la mitología, algo de lo que tenía ganas desde hace tiempo y que por otra parte no será la única vez que ocurra.

Símbolo del hotel

Poseidón (Posidón), Neptuno en Roma.

Dios del mar, hijo de Crono y Rea, hermano de Zeus y Hades. No parece sin embargo que Posidón tuviera el atributo de dios del mar, del que derivan todas sus funciones desde un principio. En su culto más antiguo, en Beocia aparece como demonio en forma de toro o de caballo habitante de las profundidades de la tierra, a la que agita violentamente con los terremotos. En la mitología, Posidón es desde los tiempos de Homero, el supremo dios del mar, y como tal lo consideraban los pueblos marineros de las costas e islas griegas, mientras que antes había sido el señor de todas las aguas. En los poemas homéricos, donde algunos epítetos le designan como el dominador de la inmensa extensión del mar, la figura de Posidón se presenta ya casi en su integridad; pocos trazos añadió el desarrollo posterior del mito.


En un paisaje de la Ilíada, muy importante para la genealogía de los sumos dioses del Olimpo, Posidón declara ser igual a su hermano Zeus y no su inferior; pero acaba cediendo y cede también otras veces; lo cual no quita que en alguna ocasión se rebelase. Las relaciones entre los dos hermanos son muy significativas, ya que muestran en  que  consideración se tenía desde los tiempos más remotos al dios del mar. En la Ilíada toma parte activa en los hechos. Aunque Posidón salvase al héroe troyano Eneas de las manos de Aquiles, y en alguna ocasión se muestre adversario de los aqueos, en realidad es favorable a ellos y muy hostil a los troyanos por culpa de su rey Laomendonte, a quien había construido con Apolo las murallas de la ciudad, quedando después defraudado de la compensación convenida.


En la Odisea, Posidón es el implacable perseguidor de Ulises; no le perdona haber cegado a su hijo Polifemo, y querría castigar ejemplarmente a los Feacios, que desde su isla habían transportado a Ulises hasta Itaca; pero Zeus le permite solamente transformar la nave que ha transportado al héroe en un escollo en medio del mar. En sus profundidades, en Aigiai (nombre que pertenece a la geografía mítica y tiene el significado de olas), Posidón tiene su vivienda en un palacio de oro; allí están sus caballos velocísimos, de crines de oro y pezuñas de bronce, que el mismo unce a la cuadriga para recorrer la amplia extensión de las aguas; la carrera es tan rápida que ni siquiera se moja el eje de bronce de las ruedas. << Salidos de la profundidad en remolinos saltan en torno al señor las ballenas, y el mar se encrespa de alegría.>>  En esta bella descripción homérica, Posidón es el dios del mar en calma, y la bonanza proviene precisamente de él, al igual que todos los fenómenos marinos, del mismo modo que de Zeus provienen todos los fenómenos celestes; así como Zeus manifiesta en ocasiones la propia potencia por medio de las tempestades atmosféricas, parejamente Posidón por medio de las borrascas marinas, que suscita con sus golpes de tridente, correspondiente al rayo de su hermano.


El es el dios de la negra cabellera, el color oscuro de las olas tempestuosas. Los temporales son signos de la cólera del dios, casi siempre airado, que la demuestra también de otro modo, sobre todo golpeando siempre con el tridente, incluso la tierra. El atributo más o menos originario de golpeador de la tierra, es decir, de autor de los terremotos y de los maremotos, es uno de los principales; en efecto, Homero designa a Posidón con epítetos constantes que sustituyen con frecuencia su nombre propio, Ennosigaios, enosichthon y gaieocos (sacudidor de la tierra). Las sacudidas son tan fuertes que rompen hasta las peñas, o, en el mito, el dios las destroza con el golpe de su arma formidable.


El valle del Tempe, en Tesalia, había sido abierto por Posidón con una gran hendidura en el monte Osa, hecha para crear una desembocadura al rio Peneo; lo que indica que un terremoto había separado al uno del otro a aquellos que fueron después los montes Olimpo y Osa.

También varios terremotos históricos, como el que en el 464 a.C. destruyó Esparta, se atribuyeron a la obra del dios en un golpe de ira.

También desahogó su cólera de otra manera: mandaba a los monstruos marinos a desbastar las tierras y a matar a los hombres; así ocurrió contra Troya para vengarse del rey Laomendonte, y contra el país de Cefeo, rey de los etíopes.


En ambos casos, para aplacar al dios se tuvo que ofrecer como comida de los monstruos, símbolos de las trombas marinas, a las hijas de los dos príncipes. Pero Posidón, igual que destruye, puede construir; obra suya fueron, como hemos visto, las murallas de Troya y de otras diferentes ciudades.

El hizo las puertas de bronce del Tártaro. Con tales narraciones el mito alude siempre a los efectos de los cataclismos ocasionados por el dios; a él se atribuían las laceraciones a las Cícladas y a las Hespérides, las rocosas islas del Egeo que él con los golpes de su portentoso tridente había hecho aparecer de pronto, fijándolas sólidamente al fondo del mar.


Aquí aparece el lado bueno del carácter de Posidón, que se revela como dios benéfico   en la protección que otorgaba a los navegantes que no se olvidaban de rendirle honor.

Era también el patrón de los pescadores, que a él debían la navegación fácil y segura y la pesca abundante; quizá el tridente del dios fue en origen el arrejaque y arpón de tres puntas que utilizan los pescadores de atún.

Posidón no era benéfico solamente como dios del mar. Otorgaba sus dones también en la tierra como dios de los manantiales, atributo que se relaciona con su concepción probablemente originaria, de divinidad que habitaba en las profundas cavidades de la tierra, o al hecho de que en el periodo llamado pelágico él había sido el dios de todas aguas, tanto de las esparcidas alrededor de la tierra, es decir, el mar, como de las que están dentro de la tierra, de las cuales derivan las fuentes, ríos y lagos.


De todos modos, Posidón, dios de los manantiales, los hacía aparecer con un golpe de su tridente, tal como se narra en una versión del mito de Amímone (la insecable), hija de Danáo, rey de Argos, por cuyo amor por él hizo precisamente manar de la desnuda piedra de la fuente de Lerna en Argólida, país que antes se hallaba privado de agua. Los manantiales son alimentados por la lluvia. También de la lluvia, es decir de  las aguas celestes, ha sido considerado como dios a Posidón; y no hay que despreciar la hipótesis de algunos mitólogos, de que en origen no fuera más que una hipóstasis o figuración secundaria de Zeus, supremo señor de los fenómenos atmosféricos, elevado luego a la dignidad de dios individual.

De todas formas, Posidón, como representante del fenómeno húmedo que fecunda llanos y valles, era también  un dios de la fertilidad de la tierra –en la Árgolida se le reconocía como generador, nutritivo y fertilizador de las plantas- , con lo que se explica el porqué en Beocia pasaba como consorte de Deméter, la diosa de la tierra fértil.

Hay que añadir que Posidón, como señor de las aguas terrestres, era el rey de todas las divinidades que presidian a las citadas aguas, Ninfas y divinidades particulares de los diferentes ríos, al igual que era el rey de todas las divinidades del mar.


En el mito de Posidón, ocupan un lugar relevante los animales a él consagrados: el delfín, el toro, y especialmente el caballo. Ya se ha indicado que de toro y de caballo tuvo en tiempos pre-homéricos  la figura, y como fue concebido antropomórficamente.

Las olas furiosas del mar en borrasca representaron la imagen de los ímpetus violentos y ruidosos del toro. Del mar el dios hace emerger improvisadamente a toros en las leyendas de Hipólito y Minos. 

Así las olas marinas encrespadas de espuma se presentan a la férvida imaginación de los griegos cual caballos caracoleantes, de largas crines  onduladas; también las olas saltarinas suscitaron la idea de caballos en carrera; a veces nosotros mismos les llamamos caballitos y de las olas decimos que cabalgan.


Del mismo modo, las aguas que manan de las fuentes recuerdan los saltos y rápidos movimientos del caballo. El mito de Posidón le hizo un dios de los caballos que él crea y doma: a veces los crea haciéndolos salir del suelo con un golpe de tridente, como en la contienda con Atenea por la posesión del Ática. Quizá se considera a Posidón como creador de caballos porque estos encuentran su nutrición en las húmedas praderas, ricas de hierba, regalo del dios. El cual es dado como padre a Pegaso, el caballo de las musas, que con una coz había hecho manar de la roca la fuente Hipocrene y Agánipe.

Con un golpe de tridente generó a otro famoso caballo mítico, Arión. No hay que silenciar que por la relación del caballo con Posidón y porque la nave es como el caballo del mar, algunos mitólogos vieron en él a un antiguo dios del viento. Posidón, creador y domador de caballos era el divino presidente de las carreras ecuestres y se le relacionaba con Atenea, inventora de las bridas.


En cuanto al delfín, fue consagrado al dios con el significado de símbolo del mar navegable y por tanto compañero de Posidón, favorable a la navegación. Porque se emplea en la construcción de los barcos, por su color verde oscuro, color mar, a Posidón se le consagró, entre los árboles, al pino.

El culto a Posidón se hallaba difundido por toda Grecia. En tiempos antiquísimos fue venerado como dios de la fertilidad del suelo en muchos lugares del interior alejados del mar, prueba evidente de que en un principio no debía ser un dios del mar. En cuanto lo adquirió, su culto comenzó a florecer en países litorales y en los que antes se le honraba se le sustituyó por otras divinidades. De ahí el mito de las luchas sostenidas, tocando la peor parte a Posidón, para la posesión de algunos territorios: del Ática con Atenea, de la Argólida con Hera.


En tiempos remotos había poseído Delfos en comunidad con Gea, diosa de la tierra, y en calidad de dios de las profundidades del suelo; luego cedió su parte, obteniendo a cambio la isla de Calauria.

Las regiones de Grecia que tenían mayor importancia en la veneración del dios eran Tesalia y principalmente el Peloponeso. A Tesalia él había dado, como hemos dicho antes, el valle de Tempe, liberando al país de las inundaciones del Peneo; y en Tesalia, tomando la figura del rio Enipeo, se unió con la ninfa Tiro, procreando a dos hijos, Neleo y Pelias, insignes caballeros y domadores de caballos.


En el Peloponeso, el culto de Posidón había sido introducido, según el mito, precisamente por Neleo, que había fundado allí un reino en Pilos. Homero sabe ya que en Hélice y en Aigiai en el Acaya, el dios gozaba de un culto antiquísimo. El mismo duró hasta cuando los Jonios, que veneraban a Posidón como  a su dios nacional, emigraron de allí, llevándose consigo la religión a sus colonias de Asia Menor, donde Micales se transformó en un centro de expansión.

En el Peloponeso la sede principal del culto a Posidón fue Corinto; de ahí el mito de que el disputó la posesión a Helio; Briareo, hijo de Posidón, fue llamado para que hiciera de juez de la contienda y asignó al dios del sol la Acrópolis de Corinto y al dios del mar el istmo. Aquí se celebraban en su honor los juegos ístmicos, cuya institución se atribuyó a Teseo, el héroe nacional de los Jonios. 

Comportaban carreras de caballos, usuales en las fiestas del dios desde los tiempos más lejanos.
Prueba de la antigüedad y  de la amplia difusión del dios fue su rica descendencia; muchos héroes, fundadores de pueblos y ciudades en las regiones en que Posidón era venerado, entre otros Pelasgo, Heleno, Eolo, Aquea, Doro, Minia, Teseo, se afirma que habían sido engendrados por él


El dios del mar para los romanos era Neptuno, que en su origen no tuvo ninguna relación con el mar, sino tan solo con el agua en general, al menos si el objeto de la Neptunalia, fiesta celebrada en su honor el 23 de Julio, era, como parece, el de desconjurar la sequía.

El mar se relacionó con Neptuno cuando éste, sin duda antes del 398 a. C., fue identificado con Posidón y del dios griego se apropió en primer lugar el atributo de la divinidad de los caballos. En cuanto a protector de las carreras ecuestres tuvo un ara y un templo en el circo Flaminio. Solo después se vio en Neptuno al verdadero dios del mar, como se demuestra por el hecho de que se le erigió un templo en el campo de Marte, en recuerdo de las victorias navales de Nauloco, en el 36 a.C. en Pompeyo Seto y en Accio.


El tipo plástico de Posidón muestra en él a un hombre poderoso, de fuerte musculatura, de tórax hercúleo, muy parecido a Zeus, de quien le falta la tranquila majestad; la frente surcada de arrugas, la barba y los cabellos encrespados. Señales distintivas casi constantes: el tridente y el delfín, incluso en las monedas y pinturas vasculares; en las últimas se representaba encima de un toro, de un caballo, o en un carro tirado por sus caballos impetuosos y rodeado por divinidades y animales marinos. Su esposa era la nereida Anfítrite, madre de Tritón.

Viaje y estancia.

Aprovecho para comentar que el sábado, día de puente, la ocupación hotelera en Benidorm debía de estar al 100%, ya que este mismo día, el de nuestra llegada, fuimos al Mercadona que hay junto al hotel Gran Bali y no hubo forma de aparcar en la zona, cuando habitualmente al ser esta un área alejada del centro, siempre suele haber mucho espacio libre, así que utilicé el parking de Mercadona; luego volvimos un día de entresemana y todo había vuelto a la normalidad, no encontrando dificultad alguna para aparcar en cualquier lugar.

Así mismo el hotel Poseidón debía de encontrarse al completo, ya que a la hora de la cena hubo cola para entrar al comedor y los camareros se las veían y deseaban para poder atender todas las mesas. El domingo todo se había normalizado y las apreturas habían desaparecido.

A pesar de ello la ocupación hotelera en estas fechas es muy alta en Benidorm, donde la mayoría es gente de la llamada  tercera edad; pero es lógico debido a las enormes  promociones turísticas nacionales e internacionales y del imserso que es a la vez un plan de mantenimiento de empleo, “o sea, que los jubilados estamos ayudando a mantener unos puestos de trabajo que de otro modo no existirían, y muchos hoteles se verían obligados a cerrar durante los meses menos propicios”, además de a la capacidad hotelera disponible, pero es que mientras que en gran parte  del resto de España el tiempo es francamente malo, aquí en Diciembre la gente se está bañando. Empero en Calpe que está a unos 19 Km., pudimos observar en contraste con Benidorm, que las playas y la ciudad estaban prácticamente vacías.  

Llegando al destino
A las 10:38 del sábado día 7 de Diciembre divisábamos la sierra de Aitana, presidida por un cielo inmaculado, apenas manchado por algún que otro jirón de nubes caprichosas que jugaban con el Puig Campana. Ergo una vez aposentados, en nuestro posterior paseo por la playa de Poniente, observamos como a lo largo de todo el muro se encontraba gran cantidad de gentes ávidas de tomar el sol, solo tres temerarios se habían adentrado en el mar y se bañaban plácidamente. Una gran bandada de palomas blancas entre las que se podía apreciar alguna intrusa de color azul, se encontraban bebiendo agua en una de las ramblas que vierte en la playa; donde el agua dulce se junta con la salada del mar, las gaviotas se bañaban y picoteaban.

Vistas desde la terraza de la habitación

Sobre las suaves olas de un mar tranquilo se mecían un grupo de pequeños veleros a imitación de otro de gaviotas que lo hacían sobre las ondas del agua. La calima impedía la visión lejana.   

Detalle navideño en el Centro Comercial la Marina

Teníamos pendiente realizar una visita diurna al hotel Kaktus Albir en el que habíamos estado una noche del mes anterior  y  la hicimos, observando su moderna arquitectura, su amplitud y su excelente situación a pie de playa.

 
 
Hotel Kaktus Albír y playa del Albír

Luego paseamos por la playa de cantos rodados (aquí no hay arena) y paseo marítimo, con el mar completamente en calma, en el que se apreciaban sus suaves ondulaciones de un azul brillante, al fondo de la bahía de Altea, frente a nosotros casi en paralelo con el faro y la punta de Ifach, divisamos como una diminuta isla, que no eran sino, unas piscifactorías para la cría de pescado.


Cerca de la línea del horizonte se divisaban algunos veleros y una pequeña motora, mientras que una ancha franja de nubes blancas cubría todo él hasta tocar al peñón Ifach, donde adquiría una tonalidad más oscura, que una vez pasado Calpe, continuando por la sierra de Bernia, que separa las comarcas de la Marina Baja y de la Marina Alta, se volvían de nuevo blancas, pero mucho más rizadas. Un grupo de gaviotas volaban sobre el agua haciendo círculos, como si se tratara de buitres, pero a baja altura, para dispersarse poco después.

Calle típica de Altea

Como allí mismo se encuentra el Camping Cap Blanch, no dejamos de pasar la ocasión de hacerle una visita, es un camping enorme (40.000 m2 y 227 parcelas) magníficamente acondicionado, que aparentemente se encuentra casi al completo, siendo ocupado por gran cantidad de caravanas y tiendas de alto standing, que en estas fechas casi todas lucían las típicas decoraciones navideñas, algunas dejaban entrever el ingenio de sus ocupantes, que se ponía de manifiesto en los elementos decorativos hechos a base de materiales reciclables, tales como botellas de plástico, tapones, botes de refrescos et.

Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, Altea
Disponía además de otra zona destinada a casitas de madera, y luego estaban los servicios comunes con vestuarios, duchas y retretes en gran profusión, zonas de lavado de ropa, otra de fregaderos para el menaje de cocina, barbacoas, contenedores, así con un lavadero de coches y otro de bicicletas.

Callejeando por Altea
Luego cogimos el coche y nos desplazamos hasta Altea, pero como no teníamos ganas de despearnos, buscamos la forma de aparcar en la parte alta, pues el año anterior ya habíamos realizado el ascenso a pie por las escalinatas y calles intricadas que llevan hasta la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, que es la ruta que yo sugiero al que visite Altea por vez primera, pero como ya he dicho no era nuestro caso por lo que llegamos en coche hasta lo alto, hasta el Poble Antic que es como es conocido el casco antiguo de Altea, aparcamos en una pequeña plazoleta a modo de rotonda y luego por una calle casi llana, empedrada con cantos rodados del entorno, con grandes macetas con flores, al igual que el resto de calles del casco antiguo, llegamos sin mucha dilación  a la plaza de la Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, era hora de culto, estaban diciendo misa, aún así visitamos el interior.

Plaza de la Iglesia, Altea

En el exterior unas buganvillas con flores de un morado suave se derramaban sobre dos muros opuestos, poniendo unas pinceladas de color en la pintoresca plaza.

http://www.arteguias.com/alicante/altea-alicante.htm

Regresamos a comer y descansar al hotel. Después del ocaso, desde la terraza de la habitación, sobre las aguas tranquilas y plomizas del mar en el que se distinguían las luces de algunos barquitos de pesca que faenan al anochecer, lucían una luna lorquiana y el lucero vespertino, Venus. Unos jirones de nubes deambulaban sobre la sierra de Aitana.  

Playa de Levante o la Fossa, Calpe
Un nuevo amanecer nos trae un cielo con muchas nubes por entre las que se filtra el sol que al incidir sobre el agua del mar, se refleja como si de un espejismo se tratara. Poco después las nubes al abrirse, desnudaron un cielo de purísimo azul y el sol brilló fuertemente durante el resto del día.

Junto al hotel Avenida nos encontramos con José Antonio y su grupo, en esta ocasión eran seis, dos más de los que iban en Palma de Mallorca.

Playa de Levante o la Fossa, Calpe
Cuando desaparece el sol queda un cielo azul pálido sin una sola nube, solo brillan una media luna y Venus. El mar ligeramente ondulado deja sobre la arena una blanca línea de espuma.

Estos días los estamos dedicando a pasear por la playa de Poniente, por el centro, a realizar algunas compras y a imbuirnos en las actividades de la playa y del hotel.

El martes cambió la situación ya que amaneció completamente nublado, a duras penas consigue filtrar el sol algunos de sus rayos por entre las densas nubes, incidiendo estos con el mar en la línea del horizonte, que se torna de un amarillo rojizo portentoso.

Más tarde las gaviotas tomaban su baño diario en el agua dulce de la rambla y como el día acabó abriendo, la gente se recostaba sobre el muro para tomar el sol a pesar de la avanzada fecha y de no ser el día más caluroso, dos atrevidos bañistas flotaban sobre el agua.

Al igual que hicimos la noche anterior compartimos baile y tertulia con Antonio el panadero y con María en el Poseidón.

La mañana siguiente amaneció completamente nublado y así permaneció durante todo el día, esta vez no hubo quien tomara el sol y menos que se bañara, justo enfrente del Poseidón una bandada de gaviotas permanecía quieta sobre la arena de la playa, mas adelante frente a la fachada azul del hotel Villa del Mar, al igual que todos los días una bandada de gaviotas se bañaba en el agua dulce de la rambla, mientras otra  algo más alejada picoteaba en la arena, observándose que había dos tipos , unas normales y las otras de un gran tamaño;  otro grupo más distante se mecía sobre las tenues olas.

Cuando el anochecer se quebró en oscuridades,  apenas se veía la luna que se ocultaba entre las juguetonas nubes, solo se veían las  luces de los barcos que faenaban desde el atardecer. Esta noche hicimos una incursión en el Gran Bali.

Hotel Gan Bali adornado con motivos navideños

Con un sol radiante y un cielo claro solo maculado por una ligera nube situada detrás de la isla, ponemos rumbo a Calpe, llegamos cerca de la playa de Levante o La Fossa y aparcamos muy cerca de la misma, dando un corto paseo por ella. Luego cogimos el coche y nos fuimos hasta el hotel Galetamar donde estuvimos alojados una noche en Junio de 2011, a fin de recordar viejos tiempos, recorrimos las instalaciones y aprovechamos para ir al mingitorio.

Hotel Galetamar, Calpe


Dejamos atrás el hotel y nos dirigimos a la zona de aparcamiento del peñón Ifach , donde había dos chicas holandesas ataviándose para la escalada del peñón, que suele ser una práctica muy habitual en el parque,  (recientemente acabo de ver en un programa de TV que Jesús Calleja y Pedro Sánchez han ascendido al peñón de Ifach) en un primer momento pensamos subir solo un pequeño trecho, luego hasta el primer mirador, finalmente hicimos la subida completa hasta pasar el túnel y salir a la otra cara. El tramo final una vez pasado el túnel no lo hicimos, y no solo por las advertencias sobre el peligro que comportaba sino porque no nos apetecía subir más.

Ascenso al Peñón Ifach


El acceso se encuentra muy bien acondicionado no ofreciendo dificultada alguna su recorrido hasta llegar al túnel, luego ya resulta más difícil y peligroso; todo el recorrido esta pavimentado con lajas de piedra y acondicionado con barandilla hecha de delgados troncos de pino, el túnel se encuentra excavado directamente en la roca, dando la impresión que la composición del peñón horadado contiene gran cantidad de alabastro.

Haciendo un alto en el camino de ascenso

Desde arriba hay unas esplendidas vistas de la ciudad, la playa de Levante o La Fossa hacía el norte, las playas  Cantal Roig y  Arenal-Bol hacia el sur, entre ambas el Paraje Natural de las Salinas, debajo mismo del peñón el Real Club Náutico de Calpe y el puerto pesquero. Al fondo del todo se divisa Benidorm.

Vista panorámica desde la entrada del túnel

Todo el recorrido se desarrolla entre vegetación y acompañado por las gaviotas; entre la flora destacan el pino carrasco, la sabina negra, el lentisco, el enebro, el palmito, la madreselva, el tomillo, la esparraguera  et.

 
 
El Túnel

En 1883 el botánico francés Rouy descubrió una especie rara de planta del género Silene de las Cariofiláceas, la Silene del Ifach, este endemismo así como otros propios del peñón están prácticamente desaparecidos o extinguidos en la actualidad.

 
 
 
 
El otro lado del túnel

Las abundantes gaviotas que se han adueñado del peñón son de gran tamaño del tipo Patiamarilla (Larus Cachinnans), continuamente planean alrededor del alto farallón aprovechando las corrientes de aire para ahorrar energías deslizándose suavemente, dando pasadas y más pasadas, moviendo las alas durante escasos momentos.

Un descanso durante el descenso
Estas gaviotas son muy agresivas, sobre todo durante el tiempo de nidificación, no obstante y a pesar de no ser el momento, no dejan de intimidar al visitante con sus continuos graznidos, ásperos y discordantes.

Gaviotas
En zonas menos altas sobre el mar revolotean también gaviotas ordinarias, o sea, de menor tamaño.

Cerca ya de la salida del Parque Natural del Peñón Ifach, pudimos observar una ardilla.

Ardilla

Dejamos el Parque y nos dirigimos hacia el casco antiguo que se encuentra en el extremo opuesto, muy cerca del mismo hay un parking gratuito donde dejamos el coche.

Calle florida, Calpe

Pasamos por una calle rebosante de flores, situadas a ambos lados de la misma sobre diversas macetas y recipientes; recorrimos la plaza de España, plaza de la Villa, Torreón de la Peça, con los dos cañones recuperados del fondo del mar, pertenecientes a un barco inglés, situados en el jardín exterior del mismo, e Iglesia de Nuestra Señora de Las Nieves, donde la iglesia antigua se encuentra integrada dentro de un edificio moderno, con cuadros y adornos muy avanzados para lo que suele ser una iglesia.

Torreón de la Peça y cañones, Calpe
De tal modo que aquí no ocurre como en esas grandes iglesias o catedrales en las que se respira ese aire de recogimiento y renuncia terrenal, donde la gente inspirada por lo sombrío y ceremonioso del lugar, suele hablar en voz baja, temerosa de cometer un pecado u ofensa si en un recinto tan fúnebre y espiritual grita o hace ruido.

Torreón de la Peça y torre de la iglesia
Esta iglesia por el contrario respira un aire tan desenfadado y alegre que se parece más a un lugar de esparcimiento y tertulia o a un museo alegre y pintoresco; la capilla o iglesia antigua que se encuentra integrada en este edificio eclesiástico tiene por el contrario un aire de solemnidad.


De regreso a Benidorm paramos junto a la Iglesia Ortodoxa rusa Arcángel San Miguel, de Altea.

Iglesia Ortodoxa rusa Arcángel San Miguel, Altea 


La noche la pasamos bailando en el hotel Marina.

El viernes amaneció nublado pero poco después salió el sol y hubo subida general de temperatura.

El sábado desde mi habitación con sus dos camas de colchas azules de diminutos cuadritos blancos, salpicada a modo de grandes lunares redondos con el símbolo del hotel, que no es otro, que el de un tridente emergiendo del mar, presidida por encima del cabecero semicircular por el cuadro Scheweres Rot 1.924 de 58,7 cm. x 48,6 cm. de Vassily Kandinsky, con dos mesitas sin cajones, un armario empotrado, una mesa y dos sillas tapizadas en rojo, con las cortinas de la terraza de un azul oscuro intenso corridas, en la que se encuentra una mesa redonda y dos sillas de plástico; diviso entre las nubes que retienen a un sol pujante, una estela blanca que cruza el cielo, de un avión que se fue, que poco a poco se va difuminando y una gaviota que planea frente a la terraza.  


Scheweres Rot

A las cinco de la tarde llegamos a Puertollano.

El hotel se encuentra situado en el centro de la playa de Poniente en primera línea, es un edificio de forma rectangular compuesto por 17 plantas con 18 habitaciones cada una lo que hace un total de 306 habitaciones, todas ellas con vistas al mar, nosotros ocupamos la 02 de la planta 13 (1302). El pasillo de acceso a las habitaciones está orientado hacia la sierra de Aitana, que se ve a través de las ventanas del mismo, quedando está parcialmente tapada por uno de los altos  edificios de la parte posterior.

Hotel Poseidón Playa

La comida es excelente y el resto de servicios también. El precio por persona ha sido 141,41 €.

Puertollano 18 de diciembre de 2013

Revisado y añadido 7 fotografías más, Septiembre de 2.015

Todas las fotografías de Poseidón, menos una,  y el símbolo del hotel, se han añadido en Septiembre de 2.015 y han sido tomadas de Internet, al igual que el cuadro de Vassily Kandinsky.








          

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