LII Festa do marisco O Grove
Excepto el día de llegada y el de partida, porque no hubo
tiempo material para ello, teníamos excursiones, tanto por la mañana como por
la tarde. Viajamos en un autobús de dos pisos, que partiendo de Almodóvar del Campo a las 5 de la mañana, fuimos
recogidos poco después en el lugar habitual, parada del antiguo Bar Molína,
luego subieron algunos más en Argamasilla de Calatrava, y en Ciudad Real.
Por riguroso sorteo fuimos alojados en dos hoteles
distintos, al no ser posible hacerlos todos en uno solo.
El autobús como es preceptivo hacía paradas cada dos horas,
lo que supuso que llegáramos al punto de destino (Sanxenxo) sobre la 21 horas.
La mitad de los viajeros se quedaron en el hotel Montalvo Playa y la otra mitad
fuimos conducidos hasta el hotel Pedramar, donde nos asignaron la habitación
207.
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Hotel Pedramar |
En el hotel Pedramar, que está muy bien, en contraposición con varias opiniones vertidas en sentido contrario, a través de Internet, (claro que cada cual lo ve de una forma distinta) además se come bien; tuvimos baile en la discoteca del sótano dos noches, sábado y domingo, aunque hay que decir que fuimos muy pocos los que asistimos.
La cena fue a las 21
horas, por tanto dispusimos del tiempo justo para recolocar la ropa y bajar a
cenar.
Disponíamos de un programa detallado de excursiones que por
diversas circunstancias fueron alteradas, solo se alteró el orden de fechas,
por lo demás las localidades a visitar y los recorridos turísticos fueron los
mismos. Durante toda la estancia y excursiones dispusimos de guía, que era
cordobesa y se alojaba en nuestro hotel.
El día siguiente al de llegada, a las 9 de la mañana salimos
para Vigo, el día era de lluvia, hicimos una visita panorámica por la ciudad,
hasta llegar al Monte Castro, donde dispusimos de tiempo libre, luego de
escudriñarlo todo y avistar, en la lejanía y muy difuminadas las islas Cíes,
subimos al autobús y reemprendimos el recorrido, pasando por el puerto pesquero
y el deportivo, llegando al “Casco Vello”, la zona antigua en la que se
encuentra la famosa plaza y el Mercado da Pedra, la plaza de la Iglesia, y la
Concatedral de Santa María. Despues nos fuimos a la feria del Marisco a él
Grove.
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Todas las fotos anteriores corresponden al Parque del Monte Castro, Vigo |
Ahora voy a ir tratando de desglosar lo que fuimos viendo
durante nuestro recorrido por Vigo, como ya he dicho el día era lluvioso y no
pudimos tomar todas las fotos exteriores que nos hubiera gustado, por tanto
desde el interior del autobús captamos, lo que pudimos; lo primero que vimos
aparte de algunos edificios de no mucha notabilidad, fue Los Rederos (1991), Monumento O Traballo, de
Ramón Conde. Los rederos, gente de la zona - pescadores - levantando las redes.
Luego los caballos, Monumento dedicado a la Rapa das Bestas, después de pasar
la estación de autobuses y el Centro de Cirugía de Ciclo Rápido Cíes, llegamos
al Parque del Monte del Castro, donde además de apreciar todos sus encantadores
rincones, dispones de unas vistas extraordinarias de la ría así como de las
Islas Cíes.
Durante el recorrido inverso pasamos por delante del
puerto deportivo y por las antiguas casitas de pescadores, zona de soportales,
construidas en terrenos ganados al mar en tiempos remotos.
Y llegamos hasta la plaza de la Iglesia y la Concatedral de Santamaría, para terminar degustando unas sabrosas ostras en el Mercado da Pedra, que es mucho más pequeño de lo que yo imaginaba.
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Todas las fotos anteriores corresponden al Mercado da Pedra, Vigo |
Terminado el tiempo libre, como ya he dicho, nos
trasladamos hasta el Grove para comer en la Feria del Marisco.
Había dos enormes carpas formando una escuadra, amén de otras de pequeño tamaño, (ver plano del emplazamiento) donde se servían otros productos. Los stand o cocinas del interior de las carpas donde se cocinaban y servían los productos, están construidos de ladrillo, como se puede apreciar en algunas de las fotos.
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La última foto lo resume todo |
Dentro de estas dos carpas hay como una isleta central (cajas), equipada
con modernos ordenadores donde se adquieren los ticket para los
productos que vayas a consumir, para
ello había varios cajetines alrededor repletos de listas con los productos y
precios de los mismos, a saber, pulpo, almejas, mejillones, zamburiñas,
vieiras, albariño, pan et. (ver lista de precios).
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Esta serie de fotos no necesita comentarios |
Tenias que ponerte en cola, sacar los tickets y luego
ir a cada stand donde se servía solo uno de los productos de la lista, por
tanto, los stand eran tantos como productos había en la lista, aunque algunos como los del pulpo, las navajas, las cigalas y otro se repetían varias veces, (ver plano del emplazamiento) las colas ha
hacer para recoger los productos eran numerosas. Luego coger mesa que no era
demasiado difícil, pues las dos carpas estaban repletas de ellas y a comer de
pie, sillas no había.
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Un Café muy coqueto |
Independientemente de esto en diversos restaurantes del
pueblo se podía comer lo mismo pero más cómodamente al poderte sentar y
servírtelos en la mesa, pero generalmente había que esperar que quedara alguna
libre, pues solían estar también a rebosar. Esto es lo que hicimos el segundo
día.
Los dos días que fuimos a la feria del Marisco a O Grove, la
comida fue por nuestra cuenta, para que cada cual se sirviera según sus
apetencias, el resto entraba todo en el precio contratado, excepto la comida del
primer día. En las proximidades de las carpas había música y atracciones y un museo de juegos interactivos, pero de
los que apenas pudimos participar debido a la lluvia y a tener que poner rumbo a Cambados a las 17
horas.
No obstante antes nos dio tiempo a tomar café en un Café muy
coqueto y a recorrer alguna calle y admirar algunos edificios modernistas del
Grove y el Ayuntamiento
Cambados, cuna del albariño está declarada Conjunto
Histórico Artístico por su valor arquitectónico, destacando el el Pazo de
Ferfiñáns, las Ruinas de Santa Mariña y
la Torre de San Sadurniño.
Seguía lloviendo, con más intensidad; después de pasar por
delante de una casona ¿un Pazo? repleta de flores y hiedra, llegamos a la plaza
de Fefiñáns donde está el palacio del mismo nombre , entramos en la iglesia de San Benito y en la bodega.
Íbamos a
pasear pero la lluvia arreciaba y la guía nos aconsejó subir a un tren
turístico que recorría la ciudad, por tanto a él subimos, 5 € por persona, y al
final del recorrido nos marchamos para el hotel.
La lluvia nos dificultaba mucho la visibilidad, pero vimos
lo que pudimos, a saber, Concello de Cambados, casa sobre roca, Casa Ricoi - Museo Etnográfico y del Vino:
Antigua casa rectoral del s. XVI, que pasa a formar parte de la Red de Museos del
concello de Cambados en 2001.
Ruinas de Santa Mariña; el Puerto;
Torre de San Sadurniño; Pazo
de Montesacro: D. Diego de Zarate y Murga, I Marqués de Montesacro por
decreto de Felipe V, construyó en la villa de San Tomé el pazo de Montesacro en
el s. XVIII, al estilo barroco de la época; y otros edificios que no
identificamos.
Por supuesto no nos pasaron desapercibidos los típicos
emparrados para la producción del Albariño, además los vimos en multitud de
ocasiones pero casi siempre desde el autobús.
La Salida del
día siguiente fue a Pontevedra, creo que lo primero que vimos fue el Monumento
a los héroes de Sampayo acaudillados por Morillo, luego callejeamos por el
centro histórico de la ciudad y así vimos los más bellos y emblemáticos
edificios tanto civiles como militares o religiosos.
A continuación vimos las Ruinas de
San Domingos, siglos XIV – XV; Casa
Consistorial; Subdelegación del Gobierno; Oficina de Información; Real Basílica
de Santa María la Mayor; Centro Méndez Núñez; Plaza de la leña; Museo de
Pontevedra; Iglesia de la Virgen Peregrina; Delegación de Hacienda; Convento de
San Francisco; Plaza de la Herrería con su fuente; Edificio La Herrería, PREMIO
APROIN 2007 ‘Edificio Gallego 10’ Grupo Pirsa, S.A. Edificio Café Bar Carabela;
Concello de Pontevedra; Instituto Valle
– Inclán; Diputación Provincial de Pontevedra; Facultad de Bellas artes, plaza
de toros y otros muchos edificios de bella arquitectura.
Dejamos
Pontevedra y fuimos hasta La Toja, el día era lluvioso, llegamos hasta la
capilla de Nuestra Señora del Carmen, toda recubierta de conchas de vieiras
impregnadas por la erosión de los tiempos actuales “las pintadas” hasta donde
alcanza la mano del hombre, pese que hay un letrero en la puerta que pone
prohibido pintar las conchas; no nos dejaron pasar al interior porque estaban
diciendo misa; observamos el exterior del balneario y tras pasar por la tienda
de venta de productos de cosmética y del resto de tiendas regresamos al Grove a
comer; era día de comer por nuestra cuenta y como ya dije en su momento esta
vez no comimos en la carpa, lo hicimos en un restaurante. Taberna del Pescador, situado en Pablo Iglesias - 9.
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Todas las imágenes son de La Toja |
Después de una
corta espera y tras compartir mesa con una pareja de gallegos que no
conocíamos, pero que durante la comida llegamos a la conclusión que tal vez no
fuera la primera vez que nos viéramos, porque en distintas empresas, unos 36 o
38 años atrás habíamos coincidido en la construcción de las centrales térmicas
de Puentes de García Rodríguez y de Meirama.
Luego de dar
una vuelta por la ciudad, fundamentalmente por el puerto y las carpas y agotar
el tiempo que teníamos libre, en esta ocasión no había las atracciones del día
anterior, aunque se estaba preparando un gran escenario dentro de una de las
carpas, que iba a dar comienzo al anochecer. Regresamos al hotel.
Al día
siguiente iniciamos las excursiones media hora antes, por tanto salimos a las
8:30 horas; el desplazamiento era largo, del Grove a Tui hay alrededor de 100
km. Y desde esta ciudad a Bayona sobre 40, después había que regresar al
hotel para comer, fue el único día que comimos en el hotel, por la tarde había
que ir a Poio y a Combarro.
En Tuy la
visita se centralizó en la Catedral de Santamaría de Tuy, 1 € por persona, para
visitarla interiormente, en el exterior, la plaza de enfrente estaba, acotada
con cinta y había una banda de música iniciando los preparativos para celebrar
el día de la Guardia Civil.
Aunque la
visita principal la constituyó la Catedral y no dispusimos de mucho tiempo libre
también pudimos ver otras cosas, a saber: Iglesia de San Francisco; Edificio de
la policía municipal con la estatua de Fray Salvador delante, en la plaza de la
Inmaculada; el Seminario Menor San Paio; dos bellos edificios próximos a estos,
el nº 2 y el nº 27; el Concello; el Museo Diocesano; el restaurante O Cabalo
Furado y O Novo Cabalo Furado; la Oficina de Turismo, plaza de Fernándo y algún
que otro edificio menor.
A continuación
nos desplazamos a Bayona; lo primero que vimos fue un recordatorio al V
centenario del descubrimiento de América, junto al puerto, y una estatua de
Alfonso IX fundador de Bayona. En Bayona
se encuentra el Castillo de Monterreal, que actualmente tiene función
de Parador Nacional.
Tiene una gran importancia histórica, ya que en marzo
de 1493 Martín Alonso Pinzón arribó a las costas de Bayona tras su
viaje a América convirtiendo a esta villa en la primera
de Europa que supo la noticia del descubrimiento del Nuevo Mundo. Por
ello el primer fin de semana de marzo se celebra en el casco histórico de Bayona
una fiesta medieval llamada La Arribada.
Recorrimos toda
la muralla del Castillo-Parador, desde donde las vistas son magnificas. Se ven
las playas, el puerto, la Virgen de la Roca, las islas Estelas. Una
reproducción de la Carabela la Pinta en el puerto, et.
La imagen de la
Virgen de la Roca, de 15 metros de altura, que se levanta sobre el monte Sansón
fue inaugurada el 14 de septiembre de 1930 por el obispo Antonio García y
García después de dos décadas de obras.
Como comenté al
principio, regresamos al hotel para comer
y después de un ligero reposo emprendimos la excursión de la tarde, en
primer lugar fuimos a Poyo donde pasamos por delante de la Casa Consistorial y
luego directamente al Monasterio de San
Juan de Poyo, que es un monasterio benedictino
medieval, actualmente ocupado por una comunidad de mercedarios, 1,50 € la
entrada, como dato curioso indicar que en el claustro están representadas
diversas etapas del Camino de Santiago hechas con diminutas piedras de granito
de 1 cm3 aproximadamente. A la salida se encuentra el hórreo más
grande de Galicia por superficie.
La última
excursión de la tarde fue a la típica villa marinera de calles empedradas y
hórreos encantados, Combarro. Desde donde nos dejó el autobús hasta el pueblo
fuimos recorriendo todo el puerto, luego ya en él, no dejamos de contemplar
rincones encantadores o callejones con embrujo, subiendo y bajando por sus
estrechas calles empedradas repletas de tiendas de suvenirs y restaurantes y
difíciles de transitar por la ingente cantidad de personas que en ese momento
deambulaban por ellas; dicen que en Combarro se come el mejor pulpo; cada
cierto trecho había una pequeña placita o glorieta y un cruceiro.
El regreso al
autobús lo hicimos por la playa, aprovechando que había marea baja, no por ello
dejamos de contemplar hórreos y callejuelas de ensueño.
A continuación
voy a ir escribiendo lo que ponía en algunos de los carteles que encontramos
durante el recorrido por Combarro, no todos porque entonces sería demasiado
extenso:
Bienvenidos al
casco histórico de Combarro, espacio singular que combina a la perfección la arquitectura popular gallega
y, al mismo tiempo, la arquitectura marinera europea. Por su valor
arquitectónico y belleza fue declarado conjunto de interés artístico y
pintoresco en el año 1. 972.
Su principal
atractivo radica en la combinación entre la humanización del espacio y las
características propias del entorno. La profunda relación entre su arquitectura
y el medio que la rodea tiene componentes tanto estéticos como funcionales. El
mar y el campo, el trabajo marinero y
las labores agrícolas, son los dos factores principales que modelaron la
estructura urbanística de Combarro la cual se ha mantenido en perfecto estado y
condiciones hasta nuestros días. Así, hoy es posible admirar la trama urbana,
las típicas viviendas marineras, los cruceiros, las casas singulares y los
hórreos, componentes fundamentales de la arquitectura gallega, que responden a
las necesidades de la economía agrícola y marinera.
En la primera
plaza que encontramos con su correspondiente cruceiro ponía esta otra leyenda.
Desde esta plaza se pueden observar los cruceiros, los hórreos y las casas
marineras, además de disfrutar de una arquitectura señera del siglo XVIII. El
edificio de la Biblioteca Municipal en el que destaca la solaina balcón de
piedra con escaleras y orientado al sol, que es uno de los elementos más
característicos de la arquitectura
tradicional gallega; y el Ateneo Corredoira, que posee el encanto añadido de
ser centro de la vida cultural de Combarro desde el inicio de la democracia
hasta la actualidad.
Siguiente
letrero. Iglesia Parroquial de San Roque. De planta rectangular de una sola
nave cubierta con bóveda de cañón. Fachada con portada de arco adintelado,
ventana cuadrada superior, remates de esquina en cornisa curvada y pináculo, y
una espadaña central de dos vanos con arcos de medio punto y remate triangular
con hueco, pináculos y cruz. El testero y los muros de la nave son lisos, con
dos ventanas y una puerta. El edificio se encuentra rodeado por un pequeño
atrio con muro integrado.
Está datado a finales del siglo XVIII con reformas
realizadas en este siglo. Era una capilla hasta que se levantó la iglesia
parroquial en el año 1.868 cuando se formó la parroquia.
Este otro dice
lo siguiente. La tradición marinera de Combarro dio lugar a una de las
construcciones más destacadas de la villa las casas marineras. Estas son pequeñas
viviendas adosadas, con elaborados trabajos de cantería y en las que destacan
sus balconadas de piedra (solainas), de estilo barroco. Todas ellas están
orientadas al mar y poseen una planta baja dedicada a almacén de utensilios de
pesca y aperos de labranza. Mi particular
opinión es que hoy en día están orientadas al turismo dedicándolas a restaurantes y tiendas.
La arquitectura
de estas viviendas revelaba la posición social de la familia. Las balconadas de
piedra era signo identificativo de una buena situación económica. Los marineros
solían construirlas en madera o hierro forjado, pintado de colores muy vivos
con la pintura que les sobraba de sus barcas.
Vamos con otro
letrero. La Rúa Cega debe su nombre a que es la única zona del Combarro antiguo
en la que las casas no están orientadas al mar y, por lo tanto, están privadas
de su vista.
La orientación
hacia el interior posiblemente obedezca a que sus habitantes no se ocupaban en
tareas ligadas al mar y se dedicaban a labores de labranza. La amplitud de las
puertas de estas casas – que permitía la fácil entrada del ganado y los carros
– parece confirmar esta teoría, haciendo cierto lo que Otero Pelayo dijo de
Combarro “donde el carro de labranza descansa al lado de la barca marinera”
El penúltimo: O
Peirao (Muelle), punto neurálgico de la villa de Combarro, fue inicialmente un
puerto de pescadores donde no solo se desarrollaban las tareas de descarga del
pescado, sino que también era punto de encuentro para intercambios
alimenticios. A este lugar acudían a diario las mujeres – verdaderas
administradoras de la economía familiar – para comprar, vender o canjear
pescado y productos agrícolas. Como espacio central de la vida de Combarro O
Peirao servía demás como recinto de celebración de las fiestas populares. Hoy,
convertido en plaza, mantiene todo su interés.
El último de los
carteles informativos. Hoy en día la Rúa do Mar es la calle más comercial,
Junto con la paralela Rúa de San Roque. Desde ella pueden observarse aún
numerosos hórreos alineados sobre el muro costero, así como las rampas que se
utilizaban para subir y bajar las barcas
y para echar los aparejos y las redes al mar.
Al finalizar el
recorrido, una gran roca granítica a la que se dio forma de una escalera (“A
Gurita”) permite acceder a la gran plaza Chousa, punto de encuentro de los
vecinos de Combarro.
Recorrimos el
paseo marítimo y llegamos exhaustos al
autobús que nos trasladó hasta el
hotel.
Solo nos
quedaba un día de excursiones, el último antes del de la partida definitiva;
eran dos a realizar, por la mañana Santiago de Compostela, donde íbamos a
comer; por la tarde a la ciudad donde los forasteros no pagan, La Coruña; dicen
que La Coruña es la ciudad donde nadie es forastero.
Desde el centro
de la misma podemos contemplar los edificios más bellos y emblemáticos de la
ciudad, a saber. La fachada oeste de la Catedral de Santiago con el el Palacio
arzobispal de Xelmírez a nuestra izquierda y a nuestra derecha,
el claustro gótico-renacentista de la Catedral.
Enfrente de la
Catedral está el Palacio de Rajoy; a la derecha de la misma el Colegio
de San Xerome y a la izquierda el Hostal de los Reyes Católicos.
Recorrimos la catedral por sus cuatro costados y llegamos la la praza das praterías con su
fuente de los caballos.
Después de recorrer interiormente toda la Catedral, subir al camarín del
Apóstol Santiago y de visitar el Santo sepulcro, nos dedicamos a recorrer la
ciudad durante el poco tiempo libre del que disponíamos.
Paseamos por sus calles porticadas y plazas del casco histórico, y como no podía ser de otra forma, volvimos a la plaza del Obradoiro ¡y nos colamos! en el Hostal de los Reyes
Católicos.
Pasando a varios patios y dependencias. En el Patio de San Mateo
hay un cartel que dice lo siguiente. A diferencia del patio de San Lucas, el
de San Mateo es rectangular, siguiendo la traza de los delanteros. Su
decoración de columnas de capitel dórico y la geometría de los placados si
resulta similar, aunque el cuerpo alto varía, ya que pasa de contar solo con
ventanas a alternarlas con balcones.
Como también ocurre en el claustro barroco contiguo, el centro de halla
ocupado por un pozo, cuya originalidad radica en su forma de templete, gracias
a seis columnas de capitel corintio que se adosan a su brocal y que sostienen
una cubierta semiesférica coronada por un penacho. Alrededor suyo, un cuidado
jardín, que se mantiene con la misma decoración que tenía en tiempos del
Hospital Real. En san Mateo, los setos toman la forma de la cruz potenzada y de los emblemas de los Reyes Católicos.
Los pozos de los patios traseros tienen forma de templete y son muy
similares, ya que prácticamente sólo se diferencian por la corona.
El de San Lucas lo remata un pináculo, mientras que el de San Mateo termina en bola.
En otro de los carteles que hay en el interior pone lo siguiente: De
Hospital a Hostal en 9 meses.
El Hostal dos Reis Católicos fue inaugurado el 24 de Julio de 1.954,
víspera del Apóstol, en pleno año Xacobeo. Nada más ser trasladados los
enfermos y el personal hospitalario, un equipo de ingenieros del Instituto
Nacional de Industria se puso en marcha, transformando el Hospital en hotel de
lujo en un tiempo récord.
En nueve meses, se demolieron y reconstruyeron 22.000m2 de cubiertas, se levantaron 12.000 m2 de
muros de piedra, se pintaron 12 hectáreas de paredes, se habilitaron 20.000 m2 bajo tierra, se creó una cuarta planta,
se instaló la maquinaria más moderna y se decoró cada rincón del inmueble,
incluidos los ceniceros. Una obra faraónica que contó con turnos de trabajo de
24 horas, domingos incluidos. Desde entonces, suites, restaurantes y salones
conviven con el legado arquitectónico y artístico del Hospital Real.
Otro cartel titulado La conclusión del cuadrado: En el siglo XVIII,
un desgraciado acontecimiento acabó precipitando la remodelación y ampliación
del Hospital, reclamada insistentemente por los administradores. En esta parte
posterior ya existían dos patios, aunque erigidos sobre una débil estructura de
madera. En 1.752, durante la acostumbrada procesión por el Hospital del domingo
siguiente al Apóstol, un corredor se vino abajo, provocando varias muertes.
Ante el terrible suceso, en 1.760 se otorga la licencia para reedificar
de cantería ambos patios, obra que ejecuta Lucas Ferro Caaveyro, según trazas
de fray Manuel de los Mártires. La obra significó la restructuración de todo el
edificio, al acoger los patios posteriores la peregrinaría de mujeres – dejando
sitio para alojamiento de militares - , los despachos administrativos, la
inclusa y nuevos almacenes y alcobas.
Vistos los patios fuimos saliendo poco a poco sin dejar de tomar fotos
del interior del hotel, y como apenas
disponíamos de tiempo libre regresamos al autobús para ir a comer.
Comimos en Santiago de Compostela, en el comedor de un edificio que pone Facultad de óptica y oftalmología, supongo que
ya no tiene que ver con la Facultad.
Después del café que estaba incluido en la comida pusimos rumbo a La
Coruña. Realizamos una ligerísima visita panorámica, aparcamos en el Parque de
la Torre de Hércules, no muy lejos de la escultura de Breogán, allí nos dieron
tiempo libre, hacía viento y no se podía subir a la parte superior de la misma
que es visitable, Nani subió hasta la base de la torre, yo me quede abajo
conversando con un canario que alquilaba artilugios automotrices de dos ruedas
para moverse por el entorno, 10 €, 20 minutos.
Aparte de la Torre también contemplamos la escultura de Breogán y la del
robusto Guardian, amén de las inmensas farolas de color naranja que dicen que
costaron un ojo de la cara y que tienen una gota de ámbar en la base.
https://pantinesdistinto.wordpress.com/2009/03/27/breogan-y-el-guardian-a-coruna/
Pasado el tiempo libre subimos al autobús y fuimos haciendo una visita
panorámica por las playas del Orzán y Riazor, hasta llegar a los Jardines de
Méndez Núñez, aparcando muy cerca del Obelisco situado al inicio de la calle
Real. El Obelisco fue construido en
homenaje al político Linares Rivas y el reloj que alberga en su parte superior,
al que se le da cuerda cada 48 horas, consta de cuatro esferas rematado por
cuatro barras indicadoras de los puntos cardinales, una veleta y un pararrayos.
Recorriendo la calle Real llegamos a la plaza de María Pita, donde nos
dieron tiempo libre y nos indicaron la hora a la que debíamos a volver a
encontrarnos en el mismo punto, para luego todos juntos recorrer la calle Real en sentido inverso y
llegar hasta el autobús.
Después de contemplar el monumento de la heroína, el espectacular
edificio del ayuntamiento y los magníficos
edificios porticados de la plaza, nos dedicamos a callejear por las
calles más típicas del centro, alguna de las cuales voy a indicar, así paseamos
por la calle Franja, donde está el Conservatorio de Danza y los Servicios
Económicos del ayuntamiento; calle Barrera; calle Estrella y alguna otra. Todas
estas calles, son las calles típicas de bares y restaurantes.
Llamamos por el móvil para decir que no nos esperaran en la plaza de
María Pita, que nosotros nos uniríamos a ellos al lado del obelisco, casi justo donde debía
de recogernos el autobús.
Y nos dedicamos a recorrer los Jardines de Méndez Núñez. Monumento a
Concepción Arenal; Monumento a Narciso García de la Torre; Monumento a Doña
Emilia Pardo Bazán; Monumento a Daniel Carballo; Monumento a Curros Enríquez;
Monumento a Suarez Ferrín; Monumento al libro y sus autores; a Wenceslao
Fernández Flóres; y a John Lennon.
También los edificios de los Jardines, palco de la música, Kiosco de
Alfonso, Edificio de RTVE, hotel Atlántico-Casino y otros edificios que
divisábamos desde los jardines, pero fuera de estos.
Cuando llego el grupo a la altura del Obelisco, nos unimos a él y subiendo
al autobús regresamos al hotel.
Nos falta una corta salida que
realmente no sé exactamente el día en que la encajamos, ¡el calendario era tan apretado!; otras veces
he ido tomando notas, pero en esta ocasión lo he fiado todo a la memoria, pero
no importa mucho él cuando, sino el que y el cómo. Fue lo siguiente:
Contratamos un barco turístico de los que se dedican a este tipo de
actividad y por 12 € por persona, nos llevaron a ver las bateas de criadero de
mejillones que abundan en la ría, llegados a una de ellas un integrante de la
tripulación nos mostró lo que allí se criaba, para ello levantó, tres cuerdas;
una contenía mejillones, otra vieiras y la tercera ostras, antes del viaje nos
dijeron que íbamos a tomar tantos mejillones como quisiéramos, tengo que
reconocer que no me lo creí, pero realmente fue como dijeron, nos pusieron
tantos que si no nos hicieron daño fue debido a un milagro.
Durante todo el recorrido un miembro de la tripulación nos fue dando
explicaciones continuamente y de vez en cuando ponían música.
El día 14 Salimos del hotel sobre las 9 de la mañana y poco antes de las
12 de la noche estábamos en casa.
La comida de este último día
entraba dentro del programa de excursiones y la hicimos hacia la mitad del
recorrido.
Anexos:
Durante la ida cuando empezamos a adentrarnos en tierras galaicas, desde el autobús se divisaban, de vez en cuando, unas matas o plantas de pequeñas hojas verdes y flores amarillas, que yo creí que podía ser tojo, (Ulex europaeus) luego cuando en alguna parada, pude verlas y fotografiarlas, vi que no era tojo, sino que era otro, que después identifiqué como Adenocarpus complicatus. A pesar de todo ante la visión de aquella planta, no pude dejar de evocar viejos recuerdos de mi niñez, de aquellos ya cada vez mas alejados años, cuando en la escuela primaria nos enseñaban aquella canción de carácter regionalista que reproduzco mas abajo.
A Raiz Do Toxo Verde, de la que solo recuerdo la primera parte, aunque quizá nos enseñaran solo eso, o sea, hasta el Ai lara lala, ai lara lala, ai lara lala, ai lara lala laira, porque el resto ni me suena, o el olvido, o el área donde este habita, se encargó de ello, como dice Joaquín Sabina en su canción:
Y la vida siguió,
Como siguen las cosas que no
Tienen mucho sentido,
Una vez me contó,
Un amigo común, que la vio
Donde habita el olvido.
http://blogueiros.axena.org/2012/04/24/la-flor-del-toxo-ulex-europaeus/
A Raíz Do Toxo Verde
A Raíz Do
Toxo Verde
A raíz do
toxo verde, (Bis)
e moi
mala de arrincar-e.
Os
amoriños primeiros, (Bis)
son moi
malos de olvidar-e, (Bis)
Ai lara
lala, ai lara lala, ai lara lala, ai lara lala laira.
Sei de un
niño de un carrizo, (Bis)
na cabeza
de un repolo.
Deron as
mozas con el, (Bis)
levaron
caños de todo. (Bis)
Ai lara
lala, ai lara lala,
Unha
vella díxolle a outra, (Bis)
polo
burato da porta.
Ti
goberna a túa vida, (Bis)
que a
miña nada che importa. (Bis)
Ai lara lala, ai lara lala,
A miña muller morreume, (Bis)
enterreina no palleiro.
Deixeille un brazo de fora, (Bis)
pra que tocara o pandeiro. (Bis)
Ai lara lala, ai lara lala,
Miña nai e mais la túa, (Bis)
quedan no río berrando.
Por culpa de unha galiña, (Bis)
que ten amores co galo. (Bis)
Ai lara lala, ai lara lala,
Nena que vendes as peras, (Bis)
cantas che mandaron dar-e.
Para ti meu queridiño, (Bis)
non más mandaron contar-e. (Bis)
Ai lara lala, ai lara lala,
Está noite e mais la outra, (Bis)
e mais la outra pasada.
Abalei unha pereira, (Bis)
que nunca fora a balada, (Bis)
Ai lara lala, ai lara lala, ai lara lala, ai lara lala laira.
Ya para terminar el relato de este viaje, quiero decir, aunque parezca utópico, que no lo es tanto, me hubiera gustado que terminando la comida, los comensales de las dos carpas, o sea todos, hubiéramos terminado cantando algunas de las canciones tradicionalistas y populares gallegas, como la que se puede escuchar abriendo el siguiente enlace, cantada por la Orquesta Ciudad de Santiago; aunque esto nunca lo sabremos porque nos marchamos antes del final; realmente cada cual se iba marchando a medida que iba terminando de comer.
https://www.youtube.com/watch?v=mevmcjKSyFM
Apaga o candil
Apagha o candil, Marica, chus, chus,
apagha o candil que ten moita lus,
que ten moita lus, moita claridá,
apagha o candil e chéghate alá.
Pasei pola túa porta e mirei polo ferrollo,
a lara da túa nai meteume un pau por un ollo,
meteume un pau por un ollo, ailalelo, ailalalo.
Apagha o candil...
A túa nai é chiculate,
o teu pai chiculateiro,
a túa nai lambe as cazolas,
o teu pai lambe os pucheiros,
o teu pai lambe os pucheiros,
ailalelo, ailalalo
Apagha o candil...
Andivécheste alabando que eu morría por ti
e que morro non é certo pero que che quero si
ailalelo, ailalalo.
La Orquesta Ciudad de Santiago le añade algunos versos más, como podréis apreciar si escucháis esta popular canción gallega, abriendo el último enlace de este relato.
23 de Octubre de 2.015