Torre del Mar
El día 23 de Junio a las 8 de la mañana salimos con destino a
Torre del Mar, localidad costera que no conocíamos. Sobre el medio día y
después de las paradas pertinentes habíamos conseguido nuestro primer objetivo, llegar al hotel
Torremar**** situado en el centro de la ciudad.
Torre del Mar es una pedanía del
principal y más importante municipio de
la Axarquía, Vélez- Málaga con una población de unos 77. 000 habitantes en su
totalidad.
Torre del Mar actualmente es un
enclave turístico, comercial y de ocio, cuya oferta gastronómica vinculada al
‘pescaito’ forma parte de numerosas guías gastronómicas. Lo más típico sin
lugar a dudas son los espetos de sardinas.
Si hoy su economía depende en
gran parte del turismo, en otro tiempo los dos pilares básicos que la sostenían eran la
agricultura y la pesca.
La caña de azúcar, aquí conocida como “cañadú” de la cual se extraía el azúcar fue esencial en el desarrollo económico de la zona. En el año 1.947 la azucarera pasa a manos de la Familia Larios, la cual era la mayor propietaria de la zona, la Sociedad Larios también actuaba como prestamista para los pequeños agricultores.
En los años 70 los
Larios dejaron la fábrica, coincidiendo con la diversificación económica de
Torre del Mar, enfocándose ahora más en el sector turístico. Es en 1.991 cuando
los hornos de la Fábrica Nuestra Señora del Carmen se apagan, aunque Torre del
Mar aún respira la historia que esta fábrica dejo escrita.
Hoy en día, los subtropicales han
tomado ese relevo. Estos cultivos, exportados a toda Europa, han hecho que la
agricultura de la zona experimente un auge considerable.
Los tres tipos de estos cultivos que pude observar por la zona son estos: Annona cherimola (Chirimoya), Mangifera
indica (Mango) y Persea americana (Aguacate).
Otra gran parte de la economía de Torre
del Mar provenía de la pesca, prueba de ellos son sus barcas a la orilla de la
playa y el paso de los barcos pesqueros encaminándose hacia la Caleta de Vélez,
el puerto pesquero más importante de toda la provincia, y por último el testimonio
de algunos lugareños con los que entablamos conversación.
Recogimos la llave de la
habitación 229 y subimos las maletas,
luego pasamos al comedor. La tarde como todas las restantes la teníamos a
nuestra disposición, no ocurría lo mismo con las mañanas que las empleábamos en
realizar excursiones a distintas localidades del entorno.
El hotel Torremar se encuentra
situado a escasos metros de la playa, en el centro de Torre del Mar, en la
calle Saladero entre las calles del Mar y Paseo de Larios, las habitaciones
están bien y la comida es buena. Para el que solo deseé sol y playa, es el
hotel ideal, además dispone de un par de pequeños jacuzzis en las plantas
superiores.
Después de reposar, siesta
incluida, dimos un paseo por los alrededores. En el Paseo de Larios que es un
precioso boulevard, estaba instalado el
mercadillo, o feria del mercadillo medieval, se encontraba atestado de
paseantes y mirones, en esa corriente
humana nos sumergimos, desplazándonos a su ritmo y contemplando los productos más exóticos y las actuaciones
callejeras propias de este tipo de eventos.
Cuando terminamos de cenar la
situación era clara había que dirigirse a la playa, pero había mucho tiempo por
delante aún, por lo que pudimos reposar
y pasear de nuevo por el concurrido boulevard del Paseo de Larios.
Unas dos horas antes de la media
noche, en el escenario que se había estado preparando durante el día, dio
comienzo la actuación del dúo Kiko & Sara y a las 12 de la noche, o lo que
es lo mismo las 0 horas del día 24 dio comienzo el encendido de las tres
hogueras que habían estado preparando; a esa misma hora una ingente cantidad de
personas, se apresuraron a mojarse los pies y lavarse la cara con el agua del
mar al tiempo que es de suponer pedían un deseo. Nani lo hizo, yo me limite a
observar el ir y venir de la gente.
Durante todo este espacio de tiempo no pararon de prender farolillos voladores, que unos de forma acelerada y otros después de tambalearse en diversas ocasiones y ser rescatados por sus dueños antes de besar el suelo, acabaron por elevarse definitivamente.
Durante todo este espacio de tiempo no pararon de prender farolillos voladores, que unos de forma acelerada y otros después de tambalearse en diversas ocasiones y ser rescatados por sus dueños antes de besar el suelo, acabaron por elevarse definitivamente.
Antes de prender las hogueras,
poco después de que el dúo musical empezara su actuación, hubo reparto de
sardinas asadas, gratis para todo el mundo, no las probamos, acabábamos de
cenar y no nos apetecían en ese momento.
Cuando el fuego de las hogueras
empezaba a extinguirse, hicieron su aparición los fuegos artificiales; con la traca final nos fuimos a dormir.
Durante nuestra estancia en Torre
del Mar, hicimos cuatro excursiones guiadas; la primera de ellas fue a Nerja,
ya la conocíamos, habíamos estado allí en otra ocasión, en la que recorrimos el
Parque de Verano Azul y la playa de Burriana con el chiringuito de Ayo.
Pero en esta ocasión visitamos
otros lugares que no conocíamos, así lo primero que vimos fue la Cueva de
Nerja, pasé yo solo, la claustrofobia impidió a Nani hacerlo también; entre lo
más destacable de la cueva podríamos citar la enorme amplitud de sus salas; entre
los inconvenientes, sus grandes subidas y bajadas que suman un total de 438
escalones, la oscuridad y el precio (7 €).
Nani pasó al interior de la
parroquia del Salvador mientras yo la esperaba sentado en un banco de la plaza
Balcón de Europa, cuando salió nos
dedicamos a recorrer las calles más típicas de la ciudad.
Entre otras paseamos por las
céntricas y turísticas calles de Hernando de Carabeo, Almte. Ferrándiz,
Pintada. Finalizamos la excursión tomando unas cañitas con sus tapas de
pescado en el Pulguita.
Al día siguiente fuimos a Almuñecar, ciudad en la nunca
habíamos estado. El primer lugar al entramos fue el Palacete de la Najarra, que
es la actual Oficina de Turismo, dentro del edificio existen despachos de la
secretaría de turismo, solo la recepción puede observarse con el mostrador y la
persona que nos atiende e informa, los
jardines, la casita para niños y los fósiles antiguos del lugar merecen la pena
hacerles una visita. También podemos ver
la llamada rosa del desierto. La rosa del desierto es una roca sedimentaria
evaporítica formada en los desiertos, de ahí su nombre, cuando se forman
diversas capas de yeso, agua y arena. Forma cristales muy bellos que recuerdan
la forma de una flor, de ahí la denominación de rosa del desierto.
El palacete posee una magnífica colección de fósiles
llamados Los trilobites (Trilobita, del latín, "tres lóbulos") son
una clase de artrópodos extintos. Son los fósiles más característicos de la Era
Paleozoica (Era Primaria).
El estilo del Palacete es
historicista, yo creo
que es neomudéjar, aunque parece ser que este se encuentra incluido dentro del
estilo historicista, ahí lo dejo, solo
decir de nuevo que merece la pena verlo (lo que se puede).
A continuación nos dirigimos al
Parque del Majuelo, situado en el centro de Almuñecar, a poca distancia del
Palacete de la Najarra. El parque es la vez un jardín botánico ya que gracias
al clima subtropical de Almuñecar, se encuentran en el plantas de Asia,
Centroamérica, Filipinas, Nueva Zelanda, Sudamérica et. Pero además incluye los
restos arqueológicos de una factoría de salazón de la época romana, siglo IV a.
C a siglo IV d. C. que constituía el principal motor económico de la comarca.
Algunas de las plantas que vimos,
de las cuales algunos de los nombres comunes, entre paréntesis, pueden llamar
la atención, son las siguientes:
Chrysalidocarpus lutescens (Palma
amarilla). Madagascar.
Erythrina crista-galli (Árbol del
coral). Brasil.
Roystonea regia (Palma real).
Cuba.
Syagrus schizophylla
(Aricuriroba). Brasil.
Bauhinia variegata (Pata de
vaca). China, India.
Datura candida (Trompeta de Ángel).
Perú, Chile.
Schinus molle (Pimentero falso).
Perú.
Washingtonia robusta (Palma
cañón). California, México.
Phoenix roebelenii (Datilera
enana). Laos.
Hyophorbe verschaffeltii (Palma
botella). Islas Mascareñas.
Beaucarnea recurvata (Pata de
elefante). México central.
Dejamos atrás el exuberante Parque del Majuelo, e iniciamos el ascenso al
Castillo de San Miguel, por el dédalo de las
estrechas y empinadas callejuelas, afortunadamente en muchas de estas,
sobre todo en las más inclinadas hay pasamanos o algún tipo de barandilla, de
lo contrario, las personas con problemas en las piernas, que son una gran
mayoría a partir de una determinada edad, tendrían que abstenerse de subir.
La entrada nos costó 80 céntimos
de euro y ya en una sala interior o museo observamos un par de maquetas de la
ciudad, una, la antigua Sexi romana y otra la ciudad bajo el dominio de los
árabes, luego el resto del Castillo son ruinas, necrópolis romana, baños árabes
et. desde el mismo se observan unas vistas extraordinarias de la playa de
Almuñecar.
La ciudad de Almuñecar se asentó
desde la prehistoria sobre un espolón rocoso y junto a una fértil vega,
sucediéndose sin interrupción las culturas del Bronce Final, fenicia, romana,
musulmana y cristiana.
El Castillo de San Miguel se
construyó sobre una de las elevaciones que conforman el actual casco antiguo de
Almuñecar en su extremo Sur, dominando las antiguas ensenadas existentes a
Levante y Poniente de la población.
La fortaleza ocupa la práctica
totalidad del cerro, correspondiendo la cima a la superposición de tres
castillos que mantienen la misma planta: romano, islámico y cristiano. Parte de sus restos aún son visibles, destacando
especialmente los de la fortaleza islámica que se construyó en el siglo XI d.
C. recibiendo diversas remodelaciones especialmente en su etapa nazarí.
Con la capitulación de la ciudad
en 1.489, la fortaleza pasa a ser bastión cristiano, acometiéndose grandes
obras como toda la fachada Norte, con su puente-caponera, la nueva batería para
cañones al Sur y una amplia coracha defensiva en la misma dirección. Más tarde,
tras los graves destrozos sufridos en la Guerra de la Independencia, con la
voladura de la puerta, pierde su carácter defensivo, convirtiéndose en
cementerio local en 1.851 hasta 1.977. A partir de 1.890, el Dr. Federico
Molina Fajardo inició su investigación histórico-arqueológica y desde 1.991 se
ha estado encargando de su restauración.
Terminada la visita al Castillo
fuimos bajando lo que anteriormente habíamos subido, hasta llegar al Museo
Arqueológico Cueva de los Siete Palacios, que se cree pude ser que formara parte
del antiguo anfiteatro romano, esta vez la entrada fue gratis, en el pudimos
ver fundamentalmente ánforas romanas, algunas figuras, algo de numismática y
una Minerva decapitada.
Bajamos hasta la Plaza de la
Constitución, donde se encuentra el ayuntamiento, e hicimos un alto para tomar
unos refrescos con unas tapas de "pescaito", e inmediatamente iniciamos el
regreso hacia la estación de autobuses en cuyas proximidades habíamos dejado el
nuestro, no sin pasar antes por la Iglesia de la Encarnación del siglo XVI.
Como no podía ser de otra manera
una de las excursiones que realizamos fue a la capital de la Costa del Sol,
Málaga.
Lo primero que vimos desde el autobús fue la plaza de toros de la Malagueta (parcial), el Ayuntamiento, el Banco de España y el antiguo edificio de Correos y actual Rectorado de la Universidad de Málaga.
Pues bien en el Paseo del Parque de la Alameda y frente al edificio del Banco de España aproximadamente, nos dejó el autobús y a este mismo lugar debíamos de acudir a la hora prevista para iniciar el retorno a Torre del Mar, una vez concluyera el tiempo libre.
Antes de meterme de lleno en el
relato de esta excursión, tengo que decir que visitamos Málaga por vez primera
en Diciembre de 2.012; teniendo como punto de partida Torremolinos fuimos dos
veces, la primera en coche, la segunda en autobús y como disponíamos de todo el
tiempo que queríamos, recorrimos el Centro Histórico y todos los edificios más
emblemáticos del mismo, incluso el segundo día
pasamos al Museo Picasso, algo
que esta vez no hicimos al disponer de mucho menos tiempo.
En todo momento fuimos atendiendo
a las explicaciones de la guía hasta que esta nos dio tiempo libre al final de
la calle Larios.
En primer lugar nos dirigimos a
la Catedral de Málaga que es la Santa
Iglesia Catedral Basílica de la Encarnación, llamada también la Manquita porque
la torre Sur nunca se terminó de construir.
Como era Domingo, por tanto día
de culto pudimos pasar al interior sin tener que pagar y fue así como
completamos la visita a la misma, poner aquí los detalles técnicos sería
demasiado prolijo y muy engorroso para el que esté interesado en ello por tanto
como en la mayoría de los casos la complemento con fotografías y enlaces.
Enfrente la fachada del Palacio Episcopal.
Un poco más adelante, sin llegar a la Iglesia de Santiago y mucho menos a la Plaza de la Merced que si vimos la primera vez, atajamos por Bodega el Pimpi, saliendo delante del Teatro Romano y la Alcazaba.
Después de contemplarlos , en la Plaza de la Aduana vimos el bello edificio del Palacio de la Aduana de Málaga que es un edificio proyectado en 1788, destinado en su uso inicial a atender el tráfico del puerto, actualmente es la sede del Museo de Málaga.
Por la calle Cister nos topamos
con el Museo Revello del Toro, al que no pasamos y embocamos la calle de Santa
María para llegar a la Plaza de la Constitución justo al lado del pasaje de
Chinitas.
Para aprovechar nuestro tiempo
libre nos dirigimos hacía el magnífico monumento dedicado al Marqués de Larios,
pasamos junto a los coches de caballos, que pacientemente esperaban que alguien se acordara de cual era su cometido, divisando a poca distancia una enorme
Noria de feria , para situarnos junto al Cenachero. Obra de Jaime Fernández Pimentel.
El Cenachero
Allá van sus pescadores
con los oscuros bombachos
Columpiando los cenachos
con los brazos cimbradores.
Del pregón a los clamores
hinchan las venas del cuello:
Y en cada pescado bello
se ve una escama distinta,
en cada escama una tinta
y en cada tinta un destello.
con los oscuros bombachos
Columpiando los cenachos
con los brazos cimbradores.
Del pregón a los clamores
hinchan las venas del cuello:
Y en cada pescado bello
se ve una escama distinta,
en cada escama una tinta
y en cada tinta un destello.
Salvador Rueda
No tuve más remedio que
inclinarme ante el majestuoso porte de una Ceiba Speciosa de singular forma y
ramaje para a continuación saludar
a José Protasio Rizal Mercado de
Alejandro, héroe nacional filipino, un poco
antes de avistar entre jacarandas mimosifolias el magnífico edificio de la Autoridad
Portuaria de Málaga.
Concluimos la visita turística en
el Paseo del Parque, donde encontré palmeras y otros árboles y arbustos muy
interesantes; a continuación voy a poner una lista de algunos de los que vi,
pero sin entrar en detalles:
Sabal palmetto; Roystonea
oleracea; Coccothrinax alta; Jubaeopsis caffra; Ptychosperma caryotoides;
Veitchia arecina; Hyphaene coriácea; Nannorrhops ritchiana; Caryota urens;
Livistona australis; Zapoteca portoricensis; Dombeya x cayeuxii; Parajubaea
torallyi; Combretum indicum; Brahea armata; Livistona benthamii; Distyosperma
álbum; Cephalotaxus harringtonii.
En estas llegó el autobús y
regresamos a Torre del Mar.
La mañana del siguiente día la
dedicamos a Frigiliana, pero Frigiliana no es para describirlo, es para verlo,
pasearlo, quizá patearlo, observarlo, incluso me atrevería a decir para degustarlo.
Es un pueblo espectacular, con un
encanto especial, donde cada uno de sus rincones o callejuelas, es merecedor de
una tarjeta postal, a mi por tanto no se me ocurre que decir, bueno sí, ¡ir a
verlo!
La historia de la reconquista del
pueblo a los moros está a la vista de todos, contada en las paredes del mismo. Cada cierto tramo
recorrido, hay un escrito sobre un cuadro de azulejos o baldosines de cerámica,
que van narrando esta historia. A continuación reproduzco uno de ellos:
“Días después trasladáronse en
romería, almorabito de la Rábita de Canillas para impetrar la protección de Alá
y el viejo musulmán dirigió la palabra a
la muchedumbre, exhortándoles a que no abandonasen el lugar”.
Vázquez Otero. “Tradiciones nmalagueñas” Vol. III Málaga 1.953.
“Cuando en un momento de la
sublevación los moriscos decidieron abandonarlo para unirse a los de otro lugar
más seguro el Peñón de Frigiliana, un viejo, el Jorrón de Leimón, protestó del
acuerdo, porque decía que aquel había sido lugar dichoso, donde habían tenido
siempre, felices sucesos los moros.
Julio Caro Baroja. “Los Moriscos del Reino de Granada”. Cap IV. Madrid.
1.976.
Y a continuación reproduzco otro:
“Andrés el Chorairán monfí
natural de Sedella, concito los ánimos de los suyos para excitarles a la
rebelión. La gente moza que comenzaba a alborotarse la contuvo el morisco Luis
Mendez, hombre influyente en Canillas, pero no pudo evitar que atacaran una
venta de un cristiano, ni que mataran en ella a varias personas. Acudió el Juez
de Vélez Pedro Guerra, y muchos inocentes moriscos, entre ellos Luis Mendez,
que había impedido la revuelta, fueron presos y cargados de cadenas, y
sometidos a crueles tormentos”.
Guillén Robles. “Historia de Málaga y su provincia” Cap. XV Málaga 1.873
Desde la costa, las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama rompen el
horizonte con una espectacular sucesión de crestas que superan los 1.500 metros
para, descender vertiginosamente hasta desaparecer bajo las aguas del Mediterráneo.
Entre estas sierras y la costa se encuentra enclavada Frigiliana, a unos 300
metros sobre el nivel del mar, muy cerca de Nerja.
La primera noticia que tuve de
Frigiliana fue hace ya bastantes años, a través de un programa de José Antonio
Labordeta “Un País en las Mochila”.
Desde entonces, esta es la tercera vez que visitábamos este bello pueblo de la comarca de la Axarquía malagueña, pero esta vez la visita fue guiada, nada más llegar montamos en el tren turístico que nos hizo un recorrido por los exteriores de este bello enclave, después paseamos por sus calles más típicas, que es lo que todo visitante debe de hacer.
Desde entonces, esta es la tercera vez que visitábamos este bello pueblo de la comarca de la Axarquía malagueña, pero esta vez la visita fue guiada, nada más llegar montamos en el tren turístico que nos hizo un recorrido por los exteriores de este bello enclave, después paseamos por sus calles más típicas, que es lo que todo visitante debe de hacer.
Nuestro periplo tocaba a su fin,
el último día debíamos de partir a nuestro lugar de origen, en nuestro caso
Puertollano, pero comíamos en el hotel y la salida era a continuación, por
tanto se plantaba un dilema, que hacer ya que ese día no había excursión:
Pasear por Torre del Mar, ir a la playa, quedarnos en el hotel; nada de eso,
nos quedaba por ver Vélez Málaga y eso hicimos.
Nos acercamos a la estación de
autobuses y cogimos uno para este municipio (1.60 €, billete), en poco menos de
media hora nos bajamos en el centro de la ciudad, en la Plaza de las
Carmelitas, entre el Ayuntamiento y el
convento de las Carmelitas Descalzas.
Nos acercamos a la Oficina de
Información que se encuentra en las dependencias del Ayuntamiento y con la
información adquirida empezamos a recorrer el Centro Histórico, dirigiéndonos a
la Plaza de San Francisco, antes de llegar a la misma nos topamos con el
monumento erigido en memoria del poeta Joaquín Lobato, inmediatamente apareció
el Real Convento de san Francisco e Iglesia de Santiago, ubicado sobre una
antigua mezquita cuyos escasos vestigios son visibles en el cuerpo del
campanario ( antiguo alminar).
Inmediatamente vimos una estatua
de Cervantes y creímos estar en la casa de Cervantes, craso error era el
Palacio del Marqués de Beniel, la casa de Cervantes la vimos a la vuelta y a la
carrera.
En el Palacio del Marqués de
Beniel se encuentra la Fundación María Zambrano, es un edificio civil de estilo
mudéjar-renacentista construido entre 1.610 y 1.617. Este bello palacio es el
edificio civil más importante de la ciudad, por su grandiosidad y belleza.
Presenta una sobresaliente fachada de ladrillos
con portada de mármol franqueada por los escudos de la familia Molina Medrano. Se adentra al mismo a través
de un zaguán que da paso a un patio central con columnas de mármol que soportan
arcos de medio punto de ladrillo.
Ya solo nos quedaba seguir
subiendo hasta llegar a la ermita de Nuestra Señora de los Remedios, “la
Transparente” como la llaman allí, debido a que el interior de las paredes está
completamente pintado con los detalles del exterior, situada en el cerro san Cristóbal.
Desde lo alto del Parque Jardín
de los Remedios pudimos observar la mejor panorámica de Vélez Málaga, ante
nuestros ojos aparecían nítidamente, los edificios más significativos, así como
la cadena montañosa que envuelve la ciudad.
Desde nuestra atalaya, vimos las
murallas, la Fortaleza, la Iglesia de San Juan Bautista y una hermosa
panorámica de la ciudad. Disfrutamos del Jardín de los Remedios y entramos en
el interior de la ermita pudiendo contemplar que lo que nos habían dicho en
torno a la transparencia era cierto.
Bajamos, pero como disponíamos de
poco tiempo, nos quedaron algunas cosas por ver, aunque el principal objetivo
estaba cumplido, vimos la casa de Cervantes y nos aproximamos a la Iglesia de
San Juan Bautista. Sin tiempo para más regresamos a la parada del autobús.
A las 14:30 del día 28 salimos de
Torre del Mar, poco antes de las 22 horas estábamos en casa.
Puertollano Julio de 2.016