domingo, 6 de septiembre de 2015

Balneario Carlos III

Balneario Carlos III

Del 20 de Agosto de 2012 al 29 de Agosto de 2012

Después de pasar dos días en Madrid, el lunes por la mañana nos dirigimos en coche al Balneario Carlos III de Trillo (Guadalajara) llegando poco después de las 12 de la mañana.

Edificio principal (hotel)
 

El primer día como es habitual no tuvimos tratamientos, al poco de llegar asistimos a la consulta del médico donde además de pesarnos y tomarnos la tensión se nos prescribieron los tratamientos termales pertinentes, siendo estos:

 
El hall
Piscina + rehabilitación.

Circuito termal.

Baño termal

Los tratamientos eran por la mañana y por la tarde.

 
Río Tajo
Por la tarde dimos un paseo  por la carretera y el río hasta Trillo, que está a 2,2 km, pero sin llegar al centro; el río que discurre junto al balneario, paralelo a él, es el Tajo, que lleva un agua muy clara y limpia y tiene varias zonas habilitadas para baños, las cuales durante los diez días que estuvimos en el balneario se encontraban muy concurridas.

En el hall
El segundo día de nuestra estancia, por la tarde fuimos agasajados con un vino en la bodega del balneario, bonito lugar redescubierto debajo de la montaña cuando se inició la construcción del nuevo balneario, ya por la tarde nos acercamos a Cifuentes que se encuentra a unos 11 km de Trillo.

Arcadas del antiguo hospital de Nuestra Señora de los Remedios, Cifuentes
En Cifuentes vimos el castillo, de planta cuadrangular que fue mandado construir por don Juan Manuel en el siglo XIV y que aparentemente está casi derruido, también vimos un trozo de muralla y un torreón en otro lugar del pueblo, las arcadas que quedan del hospital y la ermita del Remedio junto a las mismas del siglo XV; no vimos si no de lejos la iglesia del Salvador de estilo románico, construida a finales del siglo XIII.

 
Muralla y torreón, Cifuentes
Cerca del castillo nace el río Cifuentes que desemboca en el Tajo en la localidad de Trillo, donde su agua es aprovechada para el funcionamiento de una central hidroeléctrica, formando varias cascadas antes de tributar sus aguas.

 
Alrededores del balneario
Aquí nació la princesa de Éboli que luego acabo sus días en el Palacio Ducal de Pastrana.

En el pueblo hay una placa conmemorativa del paso de Camilo José Cela en 1946 en su famoso viaje a la Alcarria (libro que ahora estoy obligado a leer), hoy puedo decir que ya me leí el libro, después hemos visto placas  similares en todos los pueblos de la Alcarria que hemos recorrido.

 
Bodega
Cifuentes fue visitado por los reyes de España en 1994.

El día 22 no asistimos, previo aviso, al baño termal que teníamos a las 17:30, así aprovechamos la tarde para seguir nuestro recorrido por la Alcarria; poco después de las 15 horas salimos con dirección a Pastrana; esta ciudad se encuentra a unos 86 km del balneario, el recorrido fue Balneario Carlos III, Trillo, Gárgoles de abajo, Durón, Pareja, Sacedón, Sayatón y Pastrana, esta ruta discurre por la zona de los embalses.

 
Bodega, exterior
Entre ellos pasamos por el famoso de Entrepeñas, observamos que se encontraban muy bajos; al pasar por Pareja, vimos que alrededor del embalse habían construido una especie de paseo marítimo, por el que podían circular y de hecho lo hacían grupos de viandantes y bicicletas; algunas ciudades con litoral no lo tienen tan bien acondicionado.

 
Balneario, hotel y patio
En Sacedón observamos que existía un puerto deportivo repleto de barquitos, después de Sacedón y tras pasar dos pequeños túneles, seguimos paralelos al Tajo admirando la vegetación existente, como antes lo habíamos hecho, hasta llegar a Sayatón y más tarde a Pastrana, en ese momento debían de ser algo menos de las cinco de la tarde.

Palacio Ducal de Pastrana
Lo primero que hicimos en Pastrana fue visitar el palacio Ducal, donde se encuentra la oficina de turismo, hicimos la visita guiada (2 € persona), estábamos solos los dos y la chica de la oficina, que cerró en ese momento para enseñarnos el palacio.
Doña Ana Mendoza de la Cerda
Desde el momento en que doña Ana de Mendoza de la Cerda, princesa de Éboli adquirió los terrenos de Pastrana y empezó la construcción del Palacio, siempre estuvo de pleitos con el pueblo, el arquitecto fue Alonso de Covarrubias; aquí fue recibido Antonio Pérez y aquí murió la princesa de Éboli encerrada en la famosa torre de la hora, que por supuesto visitamos.

 
Palacio Ducal, entrada principal
El palacio estuvo en ruinas, actualmente pertenece a la Universidad de Alcalá que realizó una cuidadosa restauración y después de haber hecho una gran inversión económica y haberlo habilitado magníficamente, se encuentra en desuso ¿…..?.  

 
Calle Mayor y fuente de los Cuatro Caños
Para saber la historia del palacio Ducal, lo mejor es leer el libro “El Palacio Ducal de Pastrana” cuyo autor es Aurelio García López.

Palacio Ducal, fachada principal

Iglesia Colegiata de la Asunción, Pastrana
Proseguimos nuestra visita paseando por la calle Mayor hasta llegar a la fuente de cuatro caños, para a continuación ver exteriormente el ayuntamiento, la casa de los canónigos y la colegiata, no pudimos acceder al interior de la misma por estar cerrada, luego bajamos hasta el convento de San José y ya por la parte baja, subiendo todo lo que habíamos bajado regresamos a la calle Mayor hasta llegar a la plaza de la Hora.

Antes de atravesar la puerta de salida de la plaza contemplamos la placa conmemorativa del paso de Camilo José Cela por la Alcarria, sin bajarnos del coche pasamos por el barrio del Albaicín y plaza de toros, dirigiéndonos después hacía el convento de San Francisco donde está la plaza del Deán, frente a ella la muralla y el arco de San Francisco; el convento de San Francisco alberga actualmente el cuartel de la guardia civil, un centro de salud y un restaurante.

Zorita de los Canes
Terminada la visita a Pastrana nos dirigimos a Zorita de los Canes, situada  a 12 km de Pastrana, antes de llegar al pueblo observamos la central nuclear de Zorita, la primera de este tipo que se construyó en España, desde el 2006 ha dejado de funcionar.

 
Zorita de los Canes
Pasamos el pueblo y llegamos hasta las puertas del centro de interpretación del Parque Arqueológico de Recópolis, que se encuentra a uno o dos km. por carretera, pero ya era tarde y no pasamos, por lo que volvimos al pequeñísimo y pintoresco pueblo de Zorita, paseamos por sus empinadas calles y bajamos al merendero del Tajo, observamos el castillo, en ruinas, situado en lo alto del pueblo y cuyas paredes sueltas parece vayan a desplomarse sobre el pueblo de un momento a otro, pero esto ya lo dijo, quien si no, Camilo José Cela, según reza en la placa conmemorativa que hay en el pueblo, de su viaje a la Alcarria en 1946. Como no pudimos ver Recópolis pongo dos enlaces a continuación para conocimiento general.

http://www.tarraconensis.com/recopolis/recopolis.html

https://www.youtube.com/watch?v=tHB3lxC2hgs

Allí llenamos una garrafa de agua y una botella, en la fuente situada en la parte baja del pueblo; realizando el recorrido inverso regresamos al balneario, no sin antes hacer una parada en una zona ajardinada y especialmente acondicionada para el picnic y el relax  en la parte alta de la presa de Entrepeñas, que es realmente un mirador.

Murallas árabes, Brihuega
Como llegábamos tarde a la cena, al llegar a Gárgoles de abajo, a unos 8 km del balneario, cenamos en un merendero con parrilla, junto al río Cifuentes.

Castillo de la Peña Bermeja, Brihuega

Iglesia de Santa María de la Peña, Brihuega
El día 23 solo teníamos tratamientos por la mañana, por eso la tarde la dedicamos a visitar Brihuega, que se encuentra a unos 43 km. del balneario.

Arco de la Guía, Brihuega
El recorrido realizado fue el siguiente, balneario, Gárgoles de abajo, Cifuentes, Masegosa de Tajuña y finalmente Brihuega; en su mayor parte discurre entre grandes masas de arbolado, siendo la carretera un autentico paseo flanqueada por  árboles.

 
Castillo y conjunto histórico, Brihuega
Uno de los grandes atractivos de la ciudad, la Real Fábrica de Paños con sus jardines románticos de estilo versallescos, que habían atraído mi especial atención a la hora de visitar Brihuega, están cerrados por falta de mantenimiento y presupuesto para atenderlos, es decir, están semi-abandonados según nos dijeron.

Ayuntamiento, Brihuega
Aparcamos en la plaza del Jardinillo y nos dirigimos a pie a la plaza del Coso, donde se encuentra el ayuntamiento, la oficina de turismo, dos grandes fuentes de dos caños cada una y las cuevas árabes.

 
Conjunto monumental de Cívica
http://www.rutasconhistoria.es/loc/civica

Brihuega es una de las villas más atractiva de toda la provincia y está situada junto al rio  Tajuña, posee un importante conjunto arquitectónico que en 1973 fue declarado Conjunto Histórico Nacional.

Siguenza

Catedral de Santa María, Siguenza
Las cuevas árabes recorren el subsuelo de la plaza del Coso y son visitables, parece ser que todo el pueblo esta hueco, nosotros no las visitamos, pero por un euro te las enseña el dueño de la carnicería de al lado, ya que son de propiedad particular. Abriendo el siguiente enlace, puedes hacer tu propia visita.



Plaza Mayor y Ayuntamiento, Siguenza

Catedral de Santa María, Siguenza
A continuación entramos al conjunto histórico por la puerta Arco de la Guía  y visitamos el castillo de la Peña Bermeja, actual cementerio, de corte cisterciense y decoración mudéjar, desde donde se observa una magnifica panorámica del campo exterior de la ciudad.

Catedral de Santa María, Siguenza
La iglesia de Santa María del siglo XIII con una preciosa portada gótica, el convento de San José, actual museo de miniaturas; salimos por una puerta lateral de la muralla y dejando a nuestra izquierda la plaza de toros, llegamos al Arco de Cozagón, donde observamos el contraste de la puerta según se mire desde el interior o el exterior.

http://www.brihuega.org/monumentos/arco_cozagon/cozagon.htm

Catedral de Santa María, Siguenza

Virgen de la Mayor, Siguenza
Luego recorrimos la muralla árabe hasta cerca del final, poco más allá de la biblioteca entramos de nuevo a la villa, para llegar a la plaza del Jardinillo y hacer el resto del recorrido en coche, así vimos la fuente de los doce caños, la puerta de la Cadena, la picota y el exterior de la fábrica de paños, que a decir verdad, solo vimos una gran puerta. Luego regresamos al balneario.

 
Calle Mayor, Siguenza
El siguiente día hicimos una salida corta; enterados de que había un encierro nocturno en Azañón, pedanía de Trillo, situada a unos 6 km. del balneario, a las 21:30 nos acercamos hasta allí, aparcamos en una zona de las afueras que estaba habilitada como aparcamiento, en la que no había demasiados coches estacionados; en el pequeño pueblo la poca gente que había se encontraba alrededor de una charanga que tocaba temas populares y callejeros, preguntamos la hora del encierro y nos dijeron que a partir de las 12 de la noche;  una vez tomado el pulso a la situación, decidimos regresar al balneario y volver más tarde.

 
Capilla del Doncel
http://aprendersociales.blogspot.com.es/2009/12/el-doncel-de-siguenza.html

http://www.siempredepaso.es/siguenza-la-ciudad-del-doncel-guadalajara/

Regresamos sobre las 0:30 horas y la situación había cambiado radicalmente, haciéndose muy difícil encontrar donde aparcar el coche, el antes solitario pueblo era ahora un bullicioso hervidero, las calles estaban cortadas y un par de pequeños novillos corrían incesantemente hacia un lado y hacia el otro; el encierro acabo rápidamente y tan rápidamente o más fueron despejadas las calles del paramento de tablones que configuraban el callejón del encierro.

 
Parador de Siguenza
Terminado el encierro una gran orquesta (que para sí quisieran algunos pueblos de mayor enjundia), que había instalada en la plaza, dio comienzo su repertorio y la gran muchedumbre allí congregada, dio rienda suelta a sus deseos de juerga y diversión, más bien continuaron con ella, bebiendo bailando o simplemente charlando. Escuchamos la música, en otros momentos bailamos y sobre las 3 de la mañana regresamos al balneario.

Parador de Siguenza
El sábado solo teníamos baños por la mañana, por lo que decidimos ir a Sigüenza, a pesar de ser esta la única ciudad de Guadalajara que conocíamos, por haber estado en ella  unos años atrás.

 
Parador de Siguenza
Por tanto decidimos salir después del tratamiento matinal y comer fuera para un mejor aprovechamiento del tiempo, al llegar a Sigüenza, lo primero que visitamos fue la magnífica  plaza mayor, luego cruzamos la puerta del toril y echamos un ligero vistazo a un mercadillo que había en las proximidades, para a continuación regresar a la catedral y realizar la visita guiada, 4 € por persona.

 
Panteón de la Condesa de la Vega del Pozo, Guadalajara
https://www.youtube.com/watch?v=zFt1y-LeNEE

De la catedral voy a hacer una pequeña reseña, pero para informarse bien lo mejor es consultarlo en Internet o en la guía correspondiente, así diré que la nave central  empezó a construirse en el siglo XII y se terminó en 1495, pero luego en los siglos posteriores se fue ampliando y añadiendo cosas. Esta catedral-fortaleza de estilo cisterciense combina el románico con el gótico renacentista, plateresco, barroco y neoclásico, de entre sus muchas maravillas destacaré el altar de Santa Librada, la sacristía de las cabezas y la capilla del Doncel.

 
Palacio del Infantado, Guadalajara
La misa que durante el verano se representa en la nave del altar mayor, cuando llega el invierno, debido a las bajas temperaturas, se dice en una capilla lateral amplia, que está equipada con calefacción.

 
Palacio del Infantado, Guadalajara
Luego subimos la calle mayor (en coche) lentamente, y entramos en el castillo que es el parador Nacional de Sigüenza, que fue totalmente reconstruido realizando una restauración total, ya que durante la guerra carlista y la civil de 1936 fue casi completamente derruido, actualmente es una maravilla.

Cardenal González de Mendoza
Finalmente dimos una vuelta en coche, por diversas calles y pusimos rumbo al balneario; comimos en Cifuentes en el restaurante La Esquinita.

 
Plaza Mayor y ayuntamiento, Guadalajara
El domingo día 26 los tratamientos fueron por la tarde, por la mañana tuvimos médico con toma de tensión y pesaje.


Salimos a hacer un poco de senderismo, pretendíamos llegar al Sanatorio (Instituto Leprológico o Leprosería de Trillo) por un camino que parte del balneario y por entre pinares llega hasta el mismo, pero me equivoqué y seguimos durante largo rato por un sendero erróneo por la ribera del Tajo, teniendo que desandar parte de lo andado para coger el camino verdadero; cuando avistamos los pabellones que configuran el Sanatorio, era tarde y tuvimos que regresar con el fin de llegar a tiempo a la comida.

 
Calle Mayor, Alcalá de Henares
El resto del día  no lo tomamos con calma y nos dedicamos a relajarnos.

El lunes 27 mientras Nani se quedaba en el Solárium, cogí el coche y por la carretera de arriba me acerque hasta el Sanatorio, este  es el nombre que reza en el cartel que hay  a la entrada, delante de la barrera de acceso; en el interfono de la misma hay dos pulsadores, uno que pone Comunidad, que es el convento, y otro que pone Sanatorio; yo no pulse ninguno, deje el coche a un lado de la barrera y baje andando, hice un gran recorrido con toma de fotos,  lo primero que encontré fue el cementerio; es lo primero con lo que te tropiezas después de recorrer la carretera flanqueada de cipreses, el complejo es enorme, un montón de pabellones, hospital, convento, et., se veía todo muy abandonado, solo el césped estaba bien cuidado y era regado con aspersores.

 
Casa Cervantes, Alcalá de Henares
En un par de pabellones vi placas conmemorativas de algunos médicos, había cinco o seis coches pero no se veía a nadie,  yo hable con el jardinero y con otra persona bastante mayor,  probablemente uno de los antiguos enfermos, llegue hasta el Tajo y di la vuelta realizando el recorrido inverso hasta llegar al coche.

 
Palacio Arzobispal, Alcalá de Henares
Al final de este relato insertaré un amplio artículo de Rafael Torres sobre el Lazareto, escrito en 1999 y que titula “Los restos del naufragio”. En este artículo el autor dice que en la entrada hay un eufemístico cartel en el que pone Instituto Leprológico, es probable que en otro tiempo lo hubiera y lo  hayan quitado, ya no está , actualmente en el cartel pone lo que ya he dicho anteriormente, Sanatorio.

 
Plaza de Cervantes, Alcalá de Henares
Por la tarde y después de jugar al bingo, un nutrido grupo de residentes del balneario visitamos el museo etnológico de Trillo y el de la central hidráulica, damos un paseo por el pueblo, plaza y cascadas del río Cifuentes, después en coche pasamos por el centro de la plaza de toros, ya  que hay un camino que la atraviesa, salimos por otra puerta y volvimos a entrar, la plaza de toros es de madera, tipo portátil pero  parece permanecer estable, con una parte del graderío de hormigón.

Casino, Alcalá de Henares
Luego pasamos el puente y llegamos hasta la zona de los polideportivos y la piscina; antes de regresar al balneario y sin bajarnos del coche, visitamos un complejo turístico que hay en la otra rivera del Tajo, que se compone de una serie de pabellones o apartamentos, un restaurante y un amplio camping, apenas había residentes; este complejo turístico esta frente al balneario y conectado con el por medio de un puente, pero  no es accesible ya que unas grandes puertas metálicas y una malla del mismo tipo, bloquean el paso por el , estas puertas se encuentran del lado del complejo, por el lado del balneario se puede recorrer todo el puente hasta que uno se topa con las puertas del bloqueo.

 
Universidad de Alcalá
El día 28 lo dedicamos al más absoluto relax; por la tarde jugué una partida a la petanca, mi primera partida en toda mi vida, mi compañera era la doctora búlgara del balneario que también jugaba su primera partida según confesó, y ganamos; la otra doctora es argentina, creo que en todos los balnearios que hemos estado, los médicos eran extranjeros.

Universidad de Alcalá
El día 29 después del desayuno dejábamos definitivamente el balneario y poníamos rumbo a Madrid, paramos en Guadalajara y estuvimos dando una vuelta por el colegio de las Adoratrices, el Panteón de la condesa de la Vega del Pozo, el parque de San Roque y el parque Fuente de la Niña, no pudimos entrar ni al colegio ni al panteón, ambos estaban cerrados.

 
Camino de la lengua castellana, Alcalá de Henares
Posteriormente cogimos el coche y aparcamos al lado del palacio del Infantado y entramos en el mismo, es de estilo gótico isabelino con elementos renacentistas, fue mandado construir por Íñigo López de Mendoza y Luna segundo duque del infantado a finales del siglo XV.

A continuación pasamos a la Iglesia de Santiago y seguimos dando un paseo hasta la plaza del ayuntamiento, desde aquí nos volvimos hasta el coche y proseguimos nuestro itinerario hasta Alcalá de Henares. En Guadalajara también vimos la ya famosa placa del paso de C.J.C. por la Alcarria.

Iglesia de San Nicolás  el Real, Guadalajara (se me coló aquí)
Alcalá de Henares estaba en fiestas y tenia parcialmente restringida la entrada de coches al centro histórico, por tanto aparcamos lo más cerca del mismo que pudimos, al llegar a la calle Mayor, toda ella porticada; debido a lo avanzado de la hora y al cansancio, lo primero que hicimos fue entrar al restaurante Indalo.

Este restaurante tiene zona de mesas para tapear y comedor, pues bien estaba todo lleno, para el comedor había espera, la barra estaba también abarrotada, continuamente entraba gente, nosotros tuvimos la suerte de que al entrar dejaban una mesa libre y aprovechamos el momento, lo curioso de este local es que con dos cañas y dos tapas has comido, por ejemplo, una tapa puede ser, dos huevos rotos con jamón, o un bocadillo de tortilla y jamón, la tapa la eliges tu de una carta con ilustraciones de tapas que está disponible en cada mesa.

Catedral Magistral de Alcalá de Henares
Por este restaurante han pasado personajes tan conocidos como David Bisbal, Pasión Vega, Rosa López , Carolina Cerezuela, Xabi, Piqué, varios jugadores del Real Madrid, toreros y otros ilustres personajes. Deduzco esto de las fotografías que había en una de las paredes, en las que todos estos personajes figuraban al lado de un señor con bigote, que debe de ser el dueño del restaurante.

Otro sitio en la misma calle Mayor donde se tapea muy bien también, según nos dijeron, es el Maimónides.

Luego recorrimos la calle mayor acompañados durante un trecho por una charanga callejera, pasando delante de la casa de Cervantes y posando con los protagonistas de su mejor novela, que modelados en bronce, dan su bienvenida a todo viajero que por allí pasa.

Calle Mayor, Alcalá de Henares
Prosiguiendo nuestro recorrido llegamos hasta la plaza donde se ubica la Catedral- Magistral de los Santos Justo y Pastor, que es la sede episcopal de la diócesis de Alcalá de Henares, data de 1514 y presenta un marcado estilo gótico isabelino, no pudimos entrar ya que la hora de apertura era más tarde.

Luego torcimos a la derecha y nos situamos delante del palacio arzobispal, que es un bonito palacio fortaleza, actual sede de la diócesis de Alcalá de Henares, se encuentra en la plaza del Palacio y forma parte del conjunto monumental declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO; allí echados sobre el césped de la plaza, debajo de unos grandes árboles situados frente al palacio, descansamos unos veinte minutos, para después volver a la plaza de Cervantes, que al inicio de nuestro recorrido habíamos dejado atrás a nuestra izquierda.

Catalina de Aragón, Alcalá de Henares
En la plaza de Cervantes dimos una vuelta admirando todo el entorno, iglesias, casino, estatua de Cervantes, pabellón o templete de la música et. y nos acercamos hasta la Universidad de Alcalá.

https://es.wikipedia.org/wiki/Universidad_de_Alcal%C3%A1_(hist%C3%B3rica)

Vimos la fachada, el patio interior y todo el entorno, (posteriormente en un viaje de un día a Alcalá de Henares el día 5 de marzo de 2015, recorrimos  en visita guiada, todas las dependencias de la Universidad, patios interiores, Paraninfo donde se entregan los famosos premios Cervantes, et. durante este viaje también vistamos un antiguo y recuperado Corral de Comedias que hay en la plaza de Cervantes, la casa de este en la calle Mayor y el Convento de las Bernardas)   y regresamos al coche para poner rumbo a Madrid, donde pasamos el resto del día 29 y el 30, regresando a Puertollano el día 31.

Comentarios varios sobre el balneario y el entorno:

El balneario Carlos III se encuentra a 2,2 Km. de Trillo, las instalaciones de baños son muy buenas así como el hotel; en este balneario parece ser que hace 4 o 6 años se comía magníficamente, hoy en día la comida no es de lo mejor del balneario, bien es verdad que a veces nos quejamos de vicio, no obstante puedo decir que de los cuatro balnearios en los que hemos estado este ha sido en el que la comida ha sido menos variada y de peor calidad.

 
Instalaciones del Balneario Carlos III
El entorno es magnífico todo arbolado, con el Tajo al lado y varias rutas de senderismo.

En los pasillos de las habitaciones, se corta el alumbrado general a partir de una hora determinada y se tarda en dar por la mañana, como las luces de emergencia están casi todas fundidas y no se reponen, resulta un verdadero peregrinaje encontrar la habitación de uno en la obscuridad, a más de una persona he tenido que decirle yo cual era el nº de su habitación, no sin cierta dificultad por mi parte.

 
Cascadas del río Cifuentes, Trillo
Los exteriores se encuentran magníficamente iluminados durante la noche por una serie de focos colocados estratégicamente entre el arbolado en todo el perímetro, pero muchos de ellos tienen las luces fundidas o han sido derribados, tal vez por un ataque de gamberrismo y no se reparan, ni se reponen las lámparas fundidas.

 
Rejoneo en coche, Trillo
El tema de las comidas es problemático ya que no existe flexibilidad alguna, te asignan un horario de comidas, las 13 horas y las 20 horas, por supuesto hay otro turno después, pero si tu quieres salir a visitar una ciudad o simplemente a andar tienes que pagar creo que 18 € si llegas fuera de tu horario, cosa que no ocurre en otros balnearios, siempre que avises oportunamente.

 
En la escuela, Trillo
No se presta la debida atención al programa de animación, si bien es verdad que hay eventos a los que no asiste casi nadie, pero no existe un grupo fuerte que anime e incentive al personal, como hemos visto en otros balnearios.

Ejerciendo de "profe", Trillo
La nevera de nuestra habitación estuvo averiada durante toda la estancia, pese a haber avisado a recepción.

Durante nuestra estancia por la noche hubo baile, pero estábamos abandonados a nuestra suerte, nos ponían un pendrive y ahí te las arregles tú, en un salón poco adecuado para ello (sala de lectura); unas cuatro noches hubo baile y el resto cine, por la tarde había bingo, petanca et.

 
Bailando en linea
Creo que ya lo he dicho en algún lado, teníamos muy cerca la Central Nuclear de Trillo y también el paraje natural de las Tetas de Viana a las que no llegamos a ir.

Si existe un refrán popular en Trillo, éste es el que hace referencia a las famosas Tetas de Viana. Dice el sabio y conocido refranero: “Tetas de Viana, muchos las ven pero pocos las maman”. Se refiere al conocimiento que se tiene de estos montes gemelos.

Tetas de Viana
Referencia geográfica de La Alcarria, muchos de los alcarreños y visitantes, no dudan en afirmar al momento su conocimiento sobre ellos, pero muy pocos son los que han subido y han podido disfrutar desde lo alto de la panorámica que ofrece su vista sobre toda la comarca. Coronar Cifuentes y acercarse a Trillo es tenerlas como referencia permanente a lo largo de cualquier sendero o ruta que emprendamos, y así es, siempre que salíamos en coche las divisamos desde cualquier punto pero como he dicho antes y como dice el refrán, no nos acercamos a ellas.

Los restos del naufragio

La leprosería de Trillo subsiste con 23 residentes que la sociedad no ha querido acoger debido al rechazo que la dolencia suscita mucho después de haber sido vencida y erradicada.

RAFAEL TORRES, - Madrid - 31/01/1999

Oculto en una hoz que forma el Tajo, oculto entre bosques, oculto porque no hay indicación alguna que lo señale, salvo un eufemístico cartel a la entrada, Instituto Leprológico, que parecería aludir a un centro de investigación sanitaria, el lazareto de Trillo sobrevive, por oculto, con el reloj parado. Juan Luis García Ochaíta, su director, lo define como una reliquia mantenida por el rechazo que la enfermedad de la lepra suscita aún mucho después de haber sido vencida y erradicada. En los fanales sombríos de ese relicario permanecen 23 de los muchos seres que naufragaron allí, desarbolados por la ignorancia y la impiedad de sus semejantes.


 

Mientras se construían los edificios, las calles, las plazas, los jardines y los pabellones de esta ciudad oculta, Molokai en La Alcarria, los enfermos habitaron las contiguas instalaciones del Balneario de Carlos III, en origen unas termas romanas.


 

La primera defunción de un interno data, según el registro del cementerio del lazareto, de 1944, pero cinco años después ya estaba lista la ciudad remota para albergar, forzosamente y con disciplina casi militar, a los leprosos de Málaga, de Jaén, de Badajoz, de Granada, donde el endemismo del Micobacterium Leprae causaba estragos, tantos como sus aliados naturales: la miseria, la postración y el hambre.


 

De un pueblo de Granada llegó Dolores con 11 años, hace 48. Es la más joven del leprosario, llegó con su padre y su hermano Juan, que se ahogó una tarde que se bañaba en el Tajo, y allí conoció Dolores al que sería su marido, Luciano, que era leproso como ella, pero que también llegó a curarse como ella, y que murió hace un año.


 

Como todos los pacientes del lazareto, Dolores nunca da razón de él, de sus señas, en el remite de las cartas que manda: prefiere utilizar la fórmula Finca de El Soto. Trillo. Que nadie conozca la mácula, y tan fundamentado está ese miedo que Dolores, gitana, nunca percibió el rechazo de que son víctimas los de su etnia porque lo asordinó el que suscitaba su condición de leprosa.


 

En la leprosería de Trillo, hoy ciudad fantasma, había de todo: hospital, cine, telares, cárcel, talleres, imprenta, laboratorio, farmacia, bar, estafeta, estanco, baile, camposanto..., pero nunca hubo un periódico, una revistilla siquiera. ¿Cómo habría de haberlo en la ciudad oculta? 


 

El lazareto disponía del mejor quirófano de la comarca, muchos paisanos de los alrededores nacieron en él, que conserva intacto el instrumental, las vitrinas, los azulejos de un verde pálido, y muchos accidentados y muchos enfermos súbitos hallaron remedio en su mesa de operaciones.


 

Y es que, pese a que el lazareto se ideó, en pleno siglo XX, a la antigua, como recinto sellado y aislado donde albergar la enfermedad maldita ("castigo divino", se lee en los evangelios), la vida imparable consiguió penetrar en él algunas veces, cual es el caso de los pocos matrimonios "mixtos" entre trabajadores e internos.


 

Hacia el oeste de la ciudad escondida se divisan los restos del monasterio de Santa María de Ovila. El acaudalado abuelo de Patricia Hearst, la pija americana que se hizo del Ejército Simbiótico de Liberación, lo desmontó piedra por piedra para llevárselo a Estados Unidos, pero cuando estalló en España la sublevación del 36 se cargaba el grueso de las piezas en el puerto de Barcelona, y nunca más se supo del monasterio, salvo de alguna parte de su arquería, que decora, al parecer, un parque de San Francisco.


 

Hacia el desaparecido monasterio de Santa María de Ovila mira, desde la ventana de su cuarto, José Laguna, 40 de sus 75 años ingresado en el lazareto, que consiguió un día lo imposible: logró que un amigo, sabedor de su enfermedad, bebiera a gollete de su botellín de cerveza. José me muestra su alcoba, una maceta de la que comienza a brotar la albahaca que plantó hace unos días, y me habla de Pepuño, el preso endémico y fuguista de la cárcel del leprosario.


 

En la cárcel del Instituto Leprológico vive hoy el zapatero, un interno que va de El Soto a Trillo con su carricoche poniendo tapas y "filis" a los zapatos. Cuando su casa era cárcel, su inquilino principal era, recurrentemente, Pepuño, un leproso joven y rebelde que se ganaba la desorbitante punición por perseguir, como Harpo, a las mujeres. Pepuño, personaje mítico del lazareto como Frasquito, un enfermo que había sido alcalde de su pueblo y que lo siguió siendo, de alguna manera, de la ciudad remota, era un libertario más que un libertino, y, sobre todo, un audacísimo epígono del genial Houdini.


 

De las muchas monjas y frailes franciscanos que atendían la ciudad, sólo dos hermanas continúan hoy en su puesto, siendo pocos más los que siguen residiendo en el imponente monasterio situado en una elevación próxima al lazareto. Hoy las hermanitas han perdido casi todo su poder, que al principio era omnímodo, o, cuando menos, lo era para internos y empleados. 



Las enfermeras que hoy, adscritas a la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla-La Mancha, trabajan en el centro atendiendo a lo suyo, esto es, al confort y a la salud de los últimos 23 residentes, eran obligadas a ir enteramente vestidas de calle bajo los uniformes, a asistir a los Ejercicios Espirituales y a tomar clases de labor.



Los leprosos de Trillo, que ya no son leprosos pero que lo seguirán siendo para los demás hasta el final de los días, eluden cualquier evocación de esos tiempos en que eran emplazados a ser, además de marginales en grado sumo, mitad monjes, mitad soldados. Los leprosos de Trillo ya no son leprosos, pero así como sus chancros y sus bubas cicatrizaron hace mucho, el estigma que sobre ellos pesa continúa sangrante.


 

Juanjo, el concejal de Festejos de Trillo, asegura que los habitantes de la ciudad deshabitada no suscitan en el pueblo el menor rechazo, mas el espíritu científico del director, el muy sensible de los enfermos y el entreverado (razón y corazón) del personal sanitario coinciden en la apreciación contraria: más que la mole de la central nuclear prácticamente incrustada en el pueblo, inquieta aún el estigma de la leprosería, su drama y su leyenda.

Ángela, 48 de sus 79 años internada en El Soto, recuerda que "antes había mucha gente, mucha juventud, y no se pasaba mal" en el recinto intocable, pero también recuerda el caso de la joven Herminia, la ahijada de Nemesio, que le ocultó la enfermedad a su novio, al que había conocido fuera del lazareto, y que después de casada fue repudiada por éste al conocer su insania.



Al principio, cuando los enfermos ocupaban las instalaciones anejas al Balneario, aún se combatía la dolencia con aceite de Charmigra, extraído de la raíz de un árbol africano que no servía para maldita la cosa, pero, al poco, se descubrió la Sulfona, salvífica como la Hidracida para la tuberculosis, con la que, por cierto, la lepra mantiene relaciones de paraplejía y parainmunidad. 

A partir de ahí, la lepra tuvo curación, bien que a veces larga y difícil, y fue innecesario el aislamiento de los enfermos, si es que fue necesario alguna vez, pues la lepra no se contagia sino mediante una relación íntima, estrecha, constante y prolongada con el enfermo, y aun así dependiendo de que se tengan las defensas muy bajas, estólidas ante el bacilo de Hansen.

Así pues, el lazareto de Trillo pervive y es mantenido físicamente por pura humanidad institucional hacia esos 23 provectos ciudadanos que no tienen a nadie ni a dónde ir.

Fin

Escrito en Septiembre de 2.012

Revisado y añadido fotografías y enlaces, Septiembre de 2.015   




    








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