Benidorm en Diciembre
Proemio.
Como esta vez nos hemos alojado en un hotel de nombre mitológico, no he podido resistir la tentación de indagar un poco en la mitología, algo de lo que tenía ganas desde hace tiempo y que por otra parte no será la única vez que ocurra.
Poseidón (Posidón), Neptuno en Roma.
Dios del mar, hijo de Crono y
Rea, hermano de Zeus y Hades. No parece sin embargo que Posidón tuviera el
atributo de dios del mar, del que derivan todas sus funciones desde un
principio. En su culto más antiguo, en Beocia aparece como demonio en forma de
toro o de caballo habitante de las profundidades de la tierra, a la que agita
violentamente con los terremotos. En la mitología, Posidón es desde los tiempos
de Homero, el supremo dios del mar, y como tal lo consideraban los pueblos
marineros de las costas e islas griegas, mientras que antes había sido el señor
de todas las aguas. En los poemas homéricos, donde algunos epítetos le designan
como el dominador de la inmensa extensión del mar, la figura de Posidón se
presenta ya casi en su integridad; pocos trazos añadió el desarrollo posterior
del mito.
En un paisaje de la Ilíada, muy
importante para la genealogía de los sumos dioses del Olimpo, Posidón declara
ser igual a su hermano Zeus y no su inferior; pero acaba cediendo y cede
también otras veces; lo cual no quita que en alguna ocasión se rebelase. Las
relaciones entre los dos hermanos son muy significativas, ya que muestran
en que consideración se tenía desde los tiempos más
remotos al dios del mar. En la Ilíada toma parte activa en los hechos. Aunque
Posidón salvase al héroe troyano Eneas de las manos de Aquiles, y en alguna
ocasión se muestre adversario de los aqueos, en realidad es favorable a ellos y
muy hostil a los troyanos por culpa de su rey Laomendonte, a quien había
construido con Apolo las murallas de la ciudad, quedando después defraudado de
la compensación convenida.
En la Odisea, Posidón es el
implacable perseguidor de Ulises; no le perdona haber cegado a su hijo
Polifemo, y querría castigar ejemplarmente a los Feacios, que desde su isla
habían transportado a Ulises hasta Itaca; pero Zeus le permite solamente
transformar la nave que ha transportado al héroe en un escollo en medio del
mar. En sus profundidades, en Aigiai (nombre que pertenece a la geografía
mítica y tiene el significado de olas), Posidón tiene su vivienda en un palacio
de oro; allí están sus caballos velocísimos, de crines de oro y pezuñas de
bronce, que el mismo unce a la cuadriga para recorrer la amplia extensión de
las aguas; la carrera es tan rápida que ni siquiera se moja el eje de bronce de
las ruedas. << Salidos de la profundidad en remolinos saltan en torno al
señor las ballenas, y el mar se encrespa de alegría.>> En esta bella descripción homérica, Posidón
es el dios del mar en calma, y la bonanza proviene precisamente de él, al igual
que todos los fenómenos marinos, del mismo modo que de Zeus provienen todos los
fenómenos celestes; así como Zeus manifiesta en ocasiones la propia potencia
por medio de las tempestades atmosféricas, parejamente Posidón por medio de las
borrascas marinas, que suscita con sus golpes de tridente, correspondiente al
rayo de su hermano.
El es el dios de la negra
cabellera, el color oscuro de las olas tempestuosas. Los temporales son signos
de la cólera del dios, casi siempre airado, que la demuestra también de otro
modo, sobre todo golpeando siempre con el tridente, incluso la tierra. El
atributo más o menos originario de golpeador de la tierra, es decir, de autor
de los terremotos y de los maremotos, es uno de los principales; en efecto,
Homero designa a Posidón con epítetos constantes que sustituyen con frecuencia
su nombre propio, Ennosigaios, enosichthon y gaieocos (sacudidor de la tierra).
Las sacudidas son tan fuertes que rompen hasta las peñas, o, en el mito, el
dios las destroza con el golpe de su arma formidable.
El valle del Tempe, en Tesalia,
había sido abierto por Posidón con una gran hendidura en el monte Osa, hecha
para crear una desembocadura al rio Peneo; lo que indica que un terremoto había
separado al uno del otro a aquellos que fueron después los montes Olimpo y Osa.
También varios terremotos
históricos, como el que en el 464 a.C. destruyó Esparta, se atribuyeron a la
obra del dios en un golpe de ira.
También desahogó su cólera de
otra manera: mandaba a los monstruos marinos a desbastar las tierras y a matar
a los hombres; así ocurrió contra Troya para vengarse del rey Laomendonte, y
contra el país de Cefeo, rey de los etíopes.
En ambos casos, para aplacar al
dios se tuvo que ofrecer como comida de los monstruos, símbolos de las trombas
marinas, a las hijas de los dos príncipes. Pero Posidón, igual que destruye,
puede construir; obra suya fueron, como hemos visto, las murallas de Troya y de
otras diferentes ciudades.
El hizo las puertas de bronce del
Tártaro. Con tales narraciones el mito alude siempre a los efectos de los
cataclismos ocasionados por el dios; a él se atribuían las laceraciones a las
Cícladas y a las Hespérides, las rocosas islas del Egeo que él con los golpes
de su portentoso tridente había hecho aparecer de pronto, fijándolas
sólidamente al fondo del mar.
Aquí aparece el lado bueno del carácter de Posidón, que se revela como dios benéfico en la protección que otorgaba a los navegantes que no se olvidaban de rendirle honor.
Era también el patrón de los
pescadores, que a él debían la navegación fácil y segura y la pesca abundante;
quizá el tridente del dios fue en origen el arrejaque y arpón de tres puntas
que utilizan los pescadores de atún.
Posidón no era benéfico solamente
como dios del mar. Otorgaba sus dones también en la tierra como dios de los
manantiales, atributo que se relaciona con su concepción probablemente
originaria, de divinidad que habitaba en las profundas cavidades de la tierra,
o al hecho de que en el periodo llamado pelágico él había sido el dios de todas
aguas, tanto de las esparcidas alrededor de la tierra, es decir, el mar, como
de las que están dentro de la tierra, de las cuales derivan las fuentes, ríos y
lagos.
De todos modos, Posidón, dios de
los manantiales, los hacía aparecer con un golpe de su tridente, tal como se
narra en una versión del mito de Amímone (la insecable), hija de Danáo, rey de
Argos, por cuyo amor por él hizo precisamente manar de la desnuda piedra de la
fuente de Lerna en Argólida, país que antes se hallaba privado de agua. Los manantiales
son alimentados por la lluvia. También de la lluvia, es decir de las aguas celestes, ha sido considerado como
dios a Posidón; y no hay que despreciar la hipótesis de algunos mitólogos, de
que en origen no fuera más que una hipóstasis o figuración secundaria de Zeus,
supremo señor de los fenómenos atmosféricos, elevado luego a la dignidad de
dios individual.
De todas formas, Posidón, como
representante del fenómeno húmedo que fecunda llanos y valles, era también un dios de la fertilidad de la tierra –en la
Árgolida se le reconocía como generador, nutritivo y fertilizador de las
plantas- , con lo que se explica el porqué en Beocia pasaba como consorte de
Deméter, la diosa de la tierra fértil.
Hay que añadir que Posidón, como
señor de las aguas terrestres, era el rey de todas las divinidades que
presidian a las citadas aguas, Ninfas y divinidades particulares de los
diferentes ríos, al igual que era el rey de todas las divinidades del mar.
En el mito de Posidón, ocupan un
lugar relevante los animales a él consagrados: el delfín, el toro, y
especialmente el caballo. Ya se ha indicado que de toro y de caballo tuvo en
tiempos pre-homéricos la figura, y como
fue concebido antropomórficamente.
Las olas furiosas del mar en
borrasca representaron la imagen de los ímpetus violentos y ruidosos del toro.
Del mar el dios hace emerger improvisadamente a toros en las leyendas de
Hipólito y Minos.
Así las olas marinas encrespadas de espuma se presentan a la
férvida imaginación de los griegos cual caballos caracoleantes, de largas
crines onduladas; también las olas
saltarinas suscitaron la idea de caballos en carrera; a veces nosotros mismos
les llamamos caballitos y de las olas decimos que cabalgan.
Del mismo modo, las aguas que
manan de las fuentes recuerdan los saltos y rápidos movimientos del caballo. El
mito de Posidón le hizo un dios de los caballos que él crea y doma: a veces los
crea haciéndolos salir del suelo con un golpe de tridente, como en la contienda
con Atenea por la posesión del Ática. Quizá se considera a Posidón como creador
de caballos porque estos encuentran su nutrición en las húmedas praderas, ricas
de hierba, regalo del dios. El cual es dado como padre a Pegaso, el caballo de
las musas, que con una coz había hecho manar de la roca la fuente Hipocrene y
Agánipe.
Con un golpe de tridente generó a
otro famoso caballo mítico, Arión. No hay que silenciar que por la relación del
caballo con Posidón y porque la nave es como el caballo del mar, algunos
mitólogos vieron en él a un antiguo dios del viento. Posidón, creador y domador
de caballos era el divino presidente de las carreras ecuestres y se le
relacionaba con Atenea, inventora de las bridas.
En cuanto al delfín, fue
consagrado al dios con el significado de símbolo del mar navegable y por tanto
compañero de Posidón, favorable a la navegación. Porque se emplea en la
construcción de los barcos, por su color verde oscuro, color mar, a Posidón se
le consagró, entre los árboles, al pino.
El culto a Posidón se hallaba
difundido por toda Grecia. En tiempos antiquísimos fue venerado como dios de la
fertilidad del suelo en muchos lugares del interior alejados del mar, prueba
evidente de que en un principio no debía ser un dios del mar. En cuanto lo
adquirió, su culto comenzó a florecer en países litorales y en los que antes se
le honraba se le sustituyó por otras divinidades. De ahí el mito de las luchas
sostenidas, tocando la peor parte a Posidón, para la posesión de algunos
territorios: del Ática con Atenea, de la Argólida con Hera.
En tiempos remotos había poseído
Delfos en comunidad con Gea, diosa de la tierra, y en calidad de dios de las
profundidades del suelo; luego cedió su parte, obteniendo a cambio la isla de
Calauria.
Las regiones de Grecia que tenían
mayor importancia en la veneración del dios eran Tesalia y principalmente el
Peloponeso. A Tesalia él había dado, como hemos dicho antes, el valle de Tempe,
liberando al país de las inundaciones del Peneo; y en Tesalia, tomando la
figura del rio Enipeo, se unió con la ninfa Tiro, procreando a dos hijos, Neleo
y Pelias, insignes caballeros y domadores de caballos.
En el Peloponeso, el culto de
Posidón había sido introducido, según el mito, precisamente por Neleo, que
había fundado allí un reino en Pilos. Homero sabe ya que en Hélice y en Aigiai
en el Acaya, el dios gozaba de un culto antiquísimo. El mismo duró hasta cuando
los Jonios, que veneraban a Posidón como
a su dios nacional, emigraron de allí, llevándose consigo la religión a
sus colonias de Asia Menor, donde Micales se transformó en un centro de
expansión.
En el Peloponeso la sede
principal del culto a Posidón fue Corinto; de ahí el mito de que el disputó la
posesión a Helio; Briareo, hijo de Posidón, fue llamado para que hiciera de
juez de la contienda y asignó al dios del sol la Acrópolis de Corinto y al dios
del mar el istmo. Aquí se celebraban en su honor los juegos ístmicos, cuya institución
se atribuyó a Teseo, el héroe nacional de los Jonios.
Comportaban carreras de
caballos, usuales en las fiestas del dios desde los tiempos más lejanos.
Prueba de la antigüedad y de la amplia difusión del dios fue su rica
descendencia; muchos héroes, fundadores de pueblos y ciudades en las regiones
en que Posidón era venerado, entre otros Pelasgo, Heleno, Eolo, Aquea, Doro,
Minia, Teseo, se afirma que habían sido engendrados por él
El dios del mar para los romanos
era Neptuno, que en su origen no tuvo ninguna relación con el mar, sino tan
solo con el agua en general, al menos si el objeto de la Neptunalia, fiesta
celebrada en su honor el 23 de Julio, era, como parece, el de desconjurar la
sequía.
El mar se relacionó con Neptuno
cuando éste, sin duda antes del 398 a. C., fue identificado con Posidón y del
dios griego se apropió en primer lugar el atributo de la divinidad de los
caballos. En cuanto a protector de las carreras ecuestres tuvo un ara y un
templo en el circo Flaminio. Solo después se vio en Neptuno al verdadero dios
del mar, como se demuestra por el hecho de que se le erigió un templo en el
campo de Marte, en recuerdo de las victorias navales de Nauloco, en el 36 a.C.
en Pompeyo Seto y en Accio.
El tipo plástico de Posidón
muestra en él a un hombre poderoso, de fuerte musculatura, de tórax hercúleo,
muy parecido a Zeus, de quien le falta la tranquila majestad; la frente surcada
de arrugas, la barba y los cabellos encrespados. Señales distintivas casi
constantes: el tridente y el delfín, incluso en las monedas y pinturas
vasculares; en las últimas se representaba encima de un toro, de un caballo, o
en un carro tirado por sus caballos impetuosos y rodeado por divinidades y
animales marinos. Su esposa era la nereida Anfítrite, madre de Tritón.
Viaje y estancia.
Aprovecho para comentar que el sábado, día de puente, la ocupación hotelera en Benidorm debía de estar al 100%, ya que este mismo día, el de nuestra llegada, fuimos al Mercadona que hay junto al hotel Gran Bali y no hubo forma de aparcar en la zona, cuando habitualmente al ser esta un área alejada del centro, siempre suele haber mucho espacio libre, así que utilicé el parking de Mercadona; luego volvimos un día de entresemana y todo había vuelto a la normalidad, no encontrando dificultad alguna para aparcar en cualquier lugar.
Así mismo el hotel Poseidón debía de encontrarse al completo, ya que a la hora de la cena hubo cola para entrar al comedor y los camareros se las veían y deseaban para poder atender todas las mesas. El domingo todo se había normalizado y las apreturas habían desaparecido.
A pesar de ello la ocupación hotelera en estas fechas es muy alta en Benidorm, donde la mayoría es gente de la llamada tercera edad; pero es lógico debido a las enormes promociones turísticas nacionales e internacionales y del imserso que es a la vez un plan de mantenimiento de empleo, “o sea, que los jubilados estamos ayudando a mantener unos puestos de trabajo que de otro modo no existirían, y muchos hoteles se verían obligados a cerrar durante los meses menos propicios”, además de a la capacidad hotelera disponible, pero es que mientras que en gran parte del resto de España el tiempo es francamente malo, aquí en Diciembre la gente se está bañando. Empero en Calpe que está a unos 19 Km., pudimos observar en contraste con Benidorm, que las playas y la ciudad estaban prácticamente vacías.
A pesar de ello la ocupación hotelera en estas fechas es muy alta en Benidorm, donde la mayoría es gente de la llamada tercera edad; pero es lógico debido a las enormes promociones turísticas nacionales e internacionales y del imserso que es a la vez un plan de mantenimiento de empleo, “o sea, que los jubilados estamos ayudando a mantener unos puestos de trabajo que de otro modo no existirían, y muchos hoteles se verían obligados a cerrar durante los meses menos propicios”, además de a la capacidad hotelera disponible, pero es que mientras que en gran parte del resto de España el tiempo es francamente malo, aquí en Diciembre la gente se está bañando. Empero en Calpe que está a unos 19 Km., pudimos observar en contraste con Benidorm, que las playas y la ciudad estaban prácticamente vacías.
Llegando al destino |
Sobre las suaves olas de un mar
tranquilo se mecían un grupo de pequeños veleros a imitación de otro de
gaviotas que lo hacían sobre las ondas del agua. La calima impedía la visión
lejana.
Teníamos pendiente realizar una
visita diurna al hotel Kaktus Albir en el que habíamos estado una noche del mes
anterior y la hicimos, observando su moderna
arquitectura, su amplitud y su excelente situación a pie de playa.
Hotel Kaktus Albír y playa del Albír |
Luego paseamos por la playa de
cantos rodados (aquí no hay arena) y paseo marítimo, con el mar completamente
en calma, en el que se apreciaban sus suaves ondulaciones de un azul brillante,
al fondo de la bahía de Altea, frente a nosotros casi en paralelo con el faro y
la punta de Ifach, divisamos como una diminuta isla, que no eran sino, unas
piscifactorías para la cría de pescado.
Cerca de la línea del horizonte
se divisaban algunos veleros y una pequeña motora, mientras que una ancha franja
de nubes blancas cubría todo él hasta tocar al peñón Ifach, donde adquiría una
tonalidad más oscura, que una vez pasado Calpe, continuando por la sierra de
Bernia, que separa las comarcas de la Marina Baja y de la Marina Alta, se
volvían de nuevo blancas, pero mucho más rizadas. Un grupo de gaviotas volaban
sobre el agua haciendo círculos, como si se tratara de buitres, pero a baja
altura, para dispersarse poco después.
Calle típica de Altea |
Como allí mismo se encuentra el
Camping Cap Blanch, no dejamos de pasar la ocasión de hacerle una visita, es un
camping enorme (40.000 m2 y 227 parcelas) magníficamente acondicionado, que
aparentemente se encuentra casi al completo, siendo ocupado por gran cantidad
de caravanas y tiendas de alto standing, que en estas fechas casi todas lucían
las típicas decoraciones navideñas, algunas dejaban entrever el ingenio de sus
ocupantes, que se ponía de manifiesto en los elementos decorativos hechos a
base de materiales reciclables, tales como botellas de plástico, tapones, botes
de refrescos et.
Disponía además de otra zona
destinada a casitas de madera, y luego estaban los servicios comunes con
vestuarios, duchas y retretes en gran profusión, zonas de lavado de ropa, otra
de fregaderos para el menaje de cocina, barbacoas, contenedores, así con un
lavadero de coches y otro de bicicletas.
Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, Altea |
![]() |
Callejeando por Altea |
En el exterior unas buganvillas
con flores de un morado suave se derramaban sobre dos muros opuestos, poniendo
unas pinceladas de color en la pintoresca plaza.
http://www.arteguias.com/alicante/altea-alicante.htm
http://www.arteguias.com/alicante/altea-alicante.htm
Regresamos a comer y descansar al hotel. Después del ocaso, desde la terraza de la habitación, sobre las aguas tranquilas y plomizas del mar en el que se distinguían las luces de algunos barquitos de pesca que faenan al anochecer, lucían una luna lorquiana y el lucero vespertino, Venus. Unos jirones de nubes deambulaban sobre la sierra de Aitana.
![]() |
Playa de Levante o la Fossa, Calpe |
Junto al hotel Avenida nos
encontramos con José Antonio y su grupo, en esta ocasión eran seis, dos más de
los que iban en Palma de Mallorca.
![]() |
Playa de Levante o la Fossa, Calpe |
Estos días los estamos dedicando
a pasear por la playa de Poniente, por el centro, a realizar algunas compras
y a imbuirnos en las actividades de la playa y del hotel.
El martes cambió la situación ya
que amaneció completamente nublado, a duras penas consigue filtrar el sol
algunos de sus rayos por entre las densas nubes, incidiendo estos con el mar en
la línea del horizonte, que se torna de un amarillo rojizo portentoso.
Más tarde las gaviotas tomaban su
baño diario en el agua dulce de la rambla y como el día acabó abriendo, la gente
se recostaba sobre el muro para tomar el sol a pesar de la avanzada fecha y de
no ser el día más caluroso, dos atrevidos bañistas flotaban sobre el agua.
Al igual que hicimos la noche
anterior compartimos baile y tertulia con Antonio el panadero y con María en el
Poseidón.
La mañana siguiente amaneció
completamente nublado y así permaneció durante todo el día, esta vez no hubo
quien tomara el sol y menos que se bañara, justo enfrente del Poseidón una
bandada de gaviotas permanecía quieta sobre la arena de la playa, mas adelante
frente a la fachada azul del hotel Villa del Mar, al igual que todos los días
una bandada de gaviotas se bañaba en el agua dulce de la rambla, mientras otra algo más alejada picoteaba en la arena, observándose que había dos
tipos , unas normales y las otras de un gran tamaño; otro grupo más distante se mecía sobre las
tenues olas.
Cuando el anochecer se quebró en
oscuridades, apenas se veía la luna que
se ocultaba entre las juguetonas nubes, solo se veían las luces de los barcos que faenaban desde el atardecer.
Esta noche hicimos una incursión en el Gran Bali.
Con un sol radiante y un cielo claro
solo maculado por una ligera nube situada detrás de la isla, ponemos rumbo a
Calpe, llegamos cerca de la playa de Levante o La Fossa y aparcamos muy cerca de la
misma, dando un corto paseo por ella. Luego cogimos el coche y nos fuimos hasta el
hotel Galetamar donde estuvimos alojados una noche en Junio de 2011, a fin de
recordar viejos tiempos, recorrimos las instalaciones y aprovechamos para ir al
mingitorio.
![]() |
Hotel Galetamar, Calpe |
Dejamos atrás el hotel y nos
dirigimos a la zona de aparcamiento del peñón Ifach , donde había dos chicas
holandesas ataviándose para la escalada del peñón, que suele ser una práctica
muy habitual en el parque, (recientemente acabo de ver en un programa de TV que Jesús Calleja y Pedro Sánchez han ascendido al peñón de Ifach) en un primer momento pensamos subir solo un
pequeño trecho, luego hasta el primer mirador, finalmente hicimos la subida
completa hasta pasar el túnel y salir a la otra cara. El tramo final una vez
pasado el túnel no lo hicimos, y no solo por las advertencias sobre el peligro
que comportaba sino porque no nos apetecía subir más.
![]() |
Ascenso al Peñón Ifach |
El acceso se encuentra muy bien
acondicionado no ofreciendo dificultada alguna su recorrido hasta llegar al
túnel, luego ya resulta más difícil y peligroso; todo el recorrido esta
pavimentado con lajas de piedra y acondicionado con barandilla hecha de
delgados troncos de pino, el túnel se encuentra excavado directamente en la
roca, dando la impresión que la composición del peñón horadado contiene gran
cantidad de alabastro.
![]() |
Haciendo un alto en el camino de ascenso |
Desde arriba hay unas esplendidas
vistas de la ciudad, la playa de Levante o La Fossa hacía el norte, las playas Cantal Roig y Arenal-Bol hacia el sur, entre ambas el Paraje
Natural de las Salinas, debajo mismo del peñón el Real Club Náutico de Calpe y
el puerto pesquero. Al fondo del todo se divisa Benidorm.
Vista panorámica desde la entrada del túnel |
Todo el recorrido se desarrolla
entre vegetación y acompañado por las gaviotas; entre la flora destacan el pino carrasco,
la sabina negra, el lentisco, el enebro, el palmito, la madreselva, el tomillo,
la esparraguera et.
En 1883 el botánico francés Rouy
descubrió una especie rara de planta del género Silene de las Cariofiláceas, la
Silene del Ifach, este endemismo así como otros propios del peñón están
prácticamente desaparecidos o extinguidos en la actualidad.
Las abundantes gaviotas que se
han adueñado del peñón son de gran tamaño del tipo Patiamarilla (Larus
Cachinnans), continuamente planean alrededor del alto farallón aprovechando las
corrientes de aire para ahorrar energías deslizándose suavemente, dando pasadas
y más pasadas, moviendo las alas durante escasos momentos.
Estas gaviotas son
muy agresivas, sobre todo durante el tiempo de nidificación, no obstante y a
pesar de no ser el momento, no dejan de intimidar al visitante con sus
continuos graznidos, ásperos y discordantes.
En zonas menos altas sobre el mar
revolotean también gaviotas ordinarias, o sea, de menor tamaño.
Cerca ya de la salida del Parque Natural del Peñón Ifach, pudimos observar una ardilla.
Un descanso durante el descenso |
Gaviotas |
Cerca ya de la salida del Parque Natural del Peñón Ifach, pudimos observar una ardilla.
![]() |
Ardilla |
Dejamos el Parque y nos dirigimos
hacia el casco antiguo que se encuentra en el extremo opuesto, muy cerca del
mismo hay un parking gratuito donde dejamos el coche.
Calle florida, Calpe |
Pasamos por una calle rebosante
de flores, situadas a ambos lados de la misma sobre diversas macetas y
recipientes; recorrimos la plaza de España, plaza de la Villa, Torreón de la
Peça, con los dos cañones recuperados del fondo del mar, pertenecientes a un
barco inglés, situados en el jardín exterior del mismo, e Iglesia de Nuestra
Señora de Las Nieves, donde la iglesia antigua se encuentra integrada dentro de
un edificio moderno, con cuadros y adornos muy avanzados para lo que suele ser
una iglesia.
De tal modo que aquí no ocurre como en esas grandes iglesias o
catedrales en las que se respira ese aire de recogimiento y renuncia terrenal,
donde la gente inspirada por lo sombrío y ceremonioso del lugar, suele hablar
en voz baja, temerosa de cometer un pecado u ofensa si en un recinto tan
fúnebre y espiritual grita o hace ruido.
![]() |
Torreón de la Peça y cañones, Calpe |
Esta iglesia por el contrario
respira un aire tan desenfadado y alegre que se parece más a un lugar de
esparcimiento y tertulia o a un museo alegre y pintoresco; la capilla o iglesia
antigua que se encuentra integrada en este edificio eclesiástico tiene por el
contrario un aire de solemnidad.
De regreso a Benidorm paramos junto
a la Iglesia Ortodoxa rusa Arcángel San Miguel, de Altea.
La noche la pasamos bailando en el hotel
Marina.
El viernes amaneció nublado pero
poco después salió el sol y hubo subida general de temperatura.
El sábado desde mi habitación con
sus dos camas de colchas azules de diminutos cuadritos blancos, salpicada a
modo de grandes lunares redondos con el símbolo del hotel, que no es otro, que
el de un tridente emergiendo del mar, presidida por encima del cabecero
semicircular por el cuadro Scheweres Rot 1.924 de 58,7 cm. x 48,6 cm. de Vassily
Kandinsky, con dos mesitas sin cajones, un armario empotrado, una mesa y dos
sillas tapizadas en rojo, con las cortinas de la terraza de un azul oscuro intenso
corridas, en la que se encuentra una mesa redonda y dos sillas de plástico;
diviso entre las nubes que retienen a un sol pujante, una estela blanca que
cruza el cielo, de un avión que se fue, que poco a poco se va difuminando y una
gaviota que planea frente a la terraza.
A las cinco de la tarde llegamos
a Puertollano.
El hotel se encuentra situado en
el centro de la playa de Poniente en primera línea, es un edificio de forma
rectangular compuesto por 17 plantas con 18 habitaciones cada una lo que hace
un total de 306 habitaciones, todas ellas con vistas al mar, nosotros ocupamos
la 02 de la planta 13 (1302). El pasillo de acceso a las habitaciones está
orientado hacia la sierra de Aitana, que se ve a través de las ventanas del
mismo, quedando está parcialmente tapada por uno de los altos edificios de la parte posterior.
La comida es excelente y el resto
de servicios también. El precio por persona ha sido 141,41 €.
Puertollano 18 de diciembre de 2013
Revisado y añadido 7 fotografías más, Septiembre de 2.015
Todas las fotografías de Poseidón, menos una, y el símbolo del hotel, se han añadido en Septiembre de 2.015 y han sido tomadas de Internet, al igual que el cuadro de Vassily Kandinsky.