miércoles, 19 de agosto de 2015

La Asturias Vaqueira

La Asturias Vaqueira

La comarca vaqueira está formada por los municipios de Allande, Cudillero, Salas, Tineo y Valdés, ocupando gran parte del occidente asturiano. De amplia fachada marítima, los municipios de Cudillero y Valdés-Luarca se abren al mar con playas de espectacular belleza, abruptos acantilados y grandes ensenadas. Los municipios de Salas, Tineo y Allande en el interior  cuentan con amplios valles y altas sierras montañosas.

Los vaqueiros de alzada constituyen un grupo social que surge a partir del siglo XV en las montañas centroccidentales del Principado de Asturias. Tradicionalmente se han dedicado a la cría del ganado vacuno y a la arriería, practicando la trashumancia bianual “alzando”  con sus ganados, enseres y familia entre las brañas del interior y las brañas de la costa. Su aislamiento geográfico, su diferente modo de vida, en comparación con el xaldo y el marnueto, y la exención  del pago de diezmos e impuestos  generaron  constantes enfrentamientos con la Iglesia y el resto de vecinos.

El supuesto origen étnico diferente  generó todo un abanico de hipótesis que sitúan a los vaqueiros de alzada como descendientes de moriscos, como infieles a Pelayo, o incluso Vikingos derrotados por Ramiro I en La Coruña.

Lo que sí es cierto es que los vaqueiros de alzada aún hoy constituyen un misterio, y sus rasgos diferenciales se constatan en sus tradiciones, su folclore, su gastronomía y también en sus apellidos (Parrondo, Feito, Ardura, Berdasco, Gayo, Nido etc.).

Las brañas vaqueiras, es el lugar de asentamiento de los vaqueiros de alzada, son un bello espectáculo con sus peculiares construcciones, sus cercamientos de piedra o la presencia del ganado vacuno como base de la economía de los vaqueiros de alzada.

Como esto del xaldo y el marnueto no ha quedado muy  claro, a continuación reproduzco  un artículo de Ana Paz Paredes publicado por la Nueva España el 22/03/2010:

De entre cuantos intentaron definirlos, dicen que Jovellanos es quien más se acerca y mejor refleja la identidad de los vaqueiros de alzada. «Vaqueiros llaman aquí a los moradores de ciertos pueblos fundados sobre montañas bajas y marítimas de este Principado (...) y llámanse vaqueiros porque viven comúnmente de la cría del ganado vacuno, y de alzada porque no tiene asiento fijo sino que alzan su morada y residencia y emigran anualmente con sus familias y ganados a montañas altas (...)» (Jovellanos S. XVIII). Hoy, desde el Ayuntamiento de Tineo, se afirma que cuando se habla de vaqueiros de alzada se alude siempre «a un determinado grupo social que ha venido diferenciándose, al menos de tres siglos a esta parte, en concejos concretos del occidente de Asturias, especialmente Tineo y Valdés, y cuyo género de vida choca con los aldeanos sedentarios del país, los xaldos, o de la zona costera, llamados marnuetos».

Para ser vaqueiro había que haber nacido en la braña y trashumar. En invierno habitaban en las zonas bajas o costeras, y a principios de mayo alzaban su morada y marchaban con enseres, animales y familia para las brañas altas. En cuanto a su hábitat y rutas, el Museo Vaqueiro abierto en Naraval (Tineo), destaca que su hábitat se sitúa en pequeñas aldeas de montaña, «en laderas de montañas bajas entre 400 y 600 metros de altitud para las brañas, y de 1.000 metros para las alzadas, donde los terrenos de labor son muy pobres mientras que los pastos son muy ricos. La mayor parte del territorio del pueblo vaqueiro está comprendido entre los ríos Nalón y Navia y entre los montes de León y en la zona de Laciana, también en León. En cuanto a las rutas de trashumancia de largo recorrido, partían unas desde las brañas de Salas, Pravia, Belmonte y Tineo hacia Somiedo y Laciana, y otras desde las proximidades de Oviedo, Gijón y Avilés hacia Torrestío (León). Las de corto recorrido, como las de Tineo y Valdés, transcurrían entre sus brañas y las altas sierras de los mismos ayuntamientos (Las Tabiernas, Bustellán y Los Corros), y algunas hacia Pola de Allande (Coucetxín).

A partir del segundo tercio del siglo XX los vaqueiros comienzan a abandonar la trashumancia familiar haciéndose sedentarios al fijar su residencia, bien en la braña, bien en la alzada, no siendo hasta los años cincuenta cuando realmente se rompe su aislamiento con la construcción de pistas forestales, algo que contribuye a dar por finalizada una incomunicación secular.

Los vaqueiros de alzada fueron marginados tanto por la nobleza y la burguesía como por el pueblo llano (xaldos, marnuetos y villanos). También fueron marginados por la Iglesia católica hasta el punto de que, en algunas parroquias, se dividía la iglesia en dos partes por medio de una baranda o portón de madera. En la parte más próxima al altar se congregaban los parroquianos de las aldeas, y en la parte inferior, los vaqueiros. Tampoco accedían por la misma puerta e incluso había inscripciones en las losas o en el suelo que hacían más evidente dicha separación. Y, sin embargo, según Acevedo, eran los «vaqueiros un pueblo muy creyente y fiel a sus creencias, los cuales se inscribían en las cofradías de la parroquia y contribuían siempre a la Iglesia con limosnas».

Toda esta información y mucho más puede conocerse en ese museo, una de cuyas partes se encuentra en el barrio de la Barzanietxa, en Naval. Curiosamente, allí, a la entrada, junto al llar, se encuentra la versión más rural y antigua de lo que hoy se puede conocer por una lavadora. Se llama coladoiro, un gran tronco hueco de madera colocado sobre la piedra de colar. Éste se llenaba de ropa sucia y por encima se cubría con un tamiz de tela de saco sobre la cual se colocaba un buen montón de ceniza. Se hervía agua en el llar y se vertía por encima de la ceniza, en la parte superior. El agua que atravesaba la ropa empapándola era recogida en la piedra de colar y la sobrante se almacenaba en el pisón. Luego se recogía el agua excedente del pisón y se recalentaba para volver a verterla de nuevo sobre la ropa. Así se continuaba el proceso hasta que el agua salía por el fondo a la misma temperatura que entraba por la cabeza del coladoiro. Esto era señal de que la ropa estaba limpia. Se extraía entonces ésta y se la llevaban al río a mojarla finalmente, para luego, o bien colgarla a secar, o bien ponerla sobre la hierba en días de sol intenso en caso de tratarse de ropa blanca.

Pues bien a esta Asturias Vaqueira es a la que nos dirigimos, como es sabido no es la primera vez que lo hacemos, nos marchamos con una serie de planes que luego apenas se cumplieron, pero es sabido que siempre hay que viajar con un gran fardo de ilusiones y toda la información posible en las alforjas; entre otras cosas teníamos previsto visitar la playa de las catedrales, e incluso llevábamos la  relación de las mareas durante esos días, ya que es necesario hacerlo con la marea baja, también pensábamos asistir a alguna de las visitas teatralizadas del Teatro Palacio Valdés en Avilés, visitar Santo Emiliano (un pueblo medieval que fue declarado monumento histórico - artístico y pintoresco el 3 de mayo de 1971) cerca de Grandas de Salime, e incluso comer en algunos restaurantes de fama reconocida como Casa Cristina, La Allandesa; pero no siempre se cumplen todos los proyectos según lo planificado y al final  por diversas circunstancias todo lo anteriormente expuesto quedó pendiente para otra ocasión.

Otra vez además de realizar todo lo que nos dejamos pendiente y lo que en el futuro podamos decidir, habrá que acercarse hasta Navelgas, recorrer el pueblo y visitar el Museo del Oro; ir hasta Naraval y visitar el Museo Vaqueiro de Asturias; acercarse al Crucero y pescar en el Coto de Pesca Intensiva El Arenero y de paso comer en Casa Emburria o Casa Lula, mejor en el primero. También debiéramos acercarnos  a Taramundi y visitar el Museo de los Molinos de Mazonovo y ya puestos y si nos apetece los monasterios milenarios de Santa María la Real (Obona) y San Miguel (Bárcena del Monasterio).

Lavadoira es una pequeña aldea, si es que puede llamarse así, compuesta por cinco casas poco agrupadas pertenecientes al concejo de Tineo, pero distante de este unos 25 kilómetros, en cambio se encuentra a poco más de 4 kilómetros de Pola de Allande.

 

La casa, donde se aprecia la curva eliminada, parte del nuevo trazado y el nuevo cartel

 

Otro detalle de lo anterior


 

Otras tomas en la que queda patente como la casa se encuentra semioculta


 

Al fondo izquierda, Casa Cachucha, de frente Atilano y Josefina llevando las vacas a pastar

La casa se encuentra enclavada y semioculta en un carcavón y después que la carretera fuera arreglada en 2010, mejorando el trazado con el corte de taludes, la eliminación de curvas y por supuesto la ampliación de la misma y la renovación completa del firme, ha quedado más oculta aún de lo que estaba, porque se ha eliminado la curva que acercaba la carretera a ella, en cambio se ha ampliado la zona de aparcamiento al quedar la vieja curva integrada en el terreno de la casa. Para el desconocido que vaya en coche por primera vez, lo mismo desde Tineo que desde Pola de Allande, puede ocurrirle que se dé cuenta de la existencia de la misma cuando ya  la haya dejado atrás.

 

Otras vistas de la casa


 

Una panorámica con respecto al nuevo trazo de la carretera

No sé si hay alguna casa más dispersa,  además de estas cinco que se encuentran relativamente agrupadas, lo que si se es que estas casas tienen o se conocen con un determinado nombre que proviene de sus primeros moradores y en algún caso de su situación; así empezando por las más próximas a Pola se denominan: Casa Carlos, Casa Ramón o Casa Atilano, Casa Cachucha es la única que se encuentra en el margen izquierdo de la carretera yendo desde Tineo a Pola de Allande, y la que nos ha servido de alojamiento que es Casa Cayetano, Casa Baja o Casa Carcavón, que se encuentra un poco más aislada y alejada de las otras cuatro; falta una que está al lado de Casa Carlos, pero de momento no sé como la llaman, habrá que preguntarlo o volver para averiguarlo.   

El día 1 de Septiembre asistimos por la mañana al sepelio de Gregorio y a las 16 horas pusimos rumbo a Madrid; pese a ser día de retorno vacacional muy destacado en los medios, y por tanto haber tráfico intenso, llegamos bien a Madrid por la A-4. Después de pasar los túneles de la M-30 y llegar al final de Virgen del Puerto,  antes de doblar para coger el Puente de Segovia, un fuerte olor a gasóleo invadió el interior del coche, al principio pensé que se debía al escape de algún camión pero un recelo interior me impulsaba a sospechar de mi “auto”; sobre las 18:30 llegamos a nuestro destino, al ver que el portón trasero estaba manchado de gasóleo me puse a investigar, detectando una fuga en una de las gomas o manguito de inyección.

Desde el punto de detección del fuerte olor hasta nuestro destino no habrá más de cinco kilómetros, por tanto la pérdida no fue demasiado grande y el coche continuó funcionando con normalidad.

El lunes por la mañana antes de de que abrieran el taller mecánico, ya estaba yo allí con el coche, era el primer día que abrían después de haber estado cerrado por vacaciones, y yo el primer cliente por tanto fui atendido inmediatamente, el taller yo creo que es el servicio oficial de Citroën , es un buen taller, muy cercano a donde nos encontrábamos, cosa que era muy conveniente  para evitar derramar la menor cantidad de gasóleo, por tanto en Autos Onlecar S. L. situado en C/ Sepúlveda 17, me cambiaron este latiguillo y los otros dos restantes que componen el sistema de inyección, al estar la goma de los mismos envejecida y cuarteada, por un total de 54,21 €.

Inmediatamente regreso al domicilio  donde se encontraban el resto de expedicionarios; sobre las 10 horas partimos para Asturias, antes quisimos reservar mesa en Casa Cristina en Tellego, Soto de Ribera, pero la contestación de esta fue “lo siento vida hoy descanso” por tanto lo dejamos para otra ocasión.

Cuatro de los integrantes viajaban en un volkswagen touran  y nosotros dos en el rover 45, solo paramos lo imprescindible por lo menos en la primera parte del recorrido que fue la más extensa, primero y para aunar pareceres y evacuar líquidos (los varones) lo hicimos en un área de descanso, donde acordamos parar en el área de servicio  más próximo que encontráramos, haciéndolo finalmente en el restaurante Rioseco de Tapia, AP-66 Km. 125, luego ya en el tramo final hicimos varias paradas, la primera de ellas para reponer fuerzas fue en Cornellana, comimos en el restaurante Casa Ricardo, 9 € menú; luego reemprendimos la marcha y paramos en Tineo a realizar diversas compras.

En vistas de las continuas paradas en Tineo, nosotros decidimos adelantarnos y en vez de coger el desvío hacía Navelgas para por el Espín coger la carretera nueva, fuimos por la carretera vieja de Porciles, cubierta por arboles formando arcos sobre la misma casi en su totalidad, lástima que el firme este lleno de agujeros pues el entorno paisajístico es magnífico; cuando llegamos a Lavadoira ya estaban allí los demás. No puedo precisar la hora de llegada pero debió de ser después de las 18 horas.

Dos fueron los peajes que pagamos uno Villalba-Adanero, 12,15 € y el otro en León, La Magdalena, 12,80 €.

Por la noche con un cielo muy claro  poblado de pequeñas nubes muy difuminadas donde las estrellas apenas resultaban perceptibles, salimos a dar un paseo hasta el puente, para by-pasear este por la curva vieja y volver a la casa.

En vistas de las previsiones meteorológicas se acordó que los primeros días nos desplazaríamos a zonas de playa y el resto al interior, por ello la primera salida que hicimos nos llevó a Luarca.

Durante el recorrido antes de llegar a Navelgas, entre los espesos bosques de robles, abedules, hayas, avellanos y abundantes castaños, aparecían empinados prados con la hierba recién segada y zonas de monte bajo preñados de brezos con bonitas flores color lila, en otro punto del recorrido donde el bosque aún  lucha por recuperarse,  se ven los troncos sin vida de muchos árboles que años atrás algún incendio cerceno para siempre.  

Inmediatamente nos dirigimos a la zona de playas, quedándonos en la 1ª de las tres que hay, mientras las mujeres y JM tomaban el sol y/o se bañaban JA y yo recorrimos las otras playas y el espigón.

 

Playa de Luarca

 

Rincones de Luarca

Luego fuimos  a la ciudad aparcando cada uno donde pudo, para a continuación hacer un pequeño recorrido por la misma hasta reunirnos en el punto de encuentro, que no era otro que el restaurante del Hotel Báltico, donde comimos, 11 € menú.

 

Preparados para comer en el Hotel Báltico

 

Zona portuaria de Luarca

Después de la comida nos acercamos a Cudillero del que en otra ocasión ya hice una semblanza, tomamos café en la plaza y luego en vistas de que los nuevos no tenían demasiadas ganas de andar, el resto tampoco, pero es que estos ya lo habíamos recorrido en más de una ocasión, nos fuimos hacia el aparcamiento para coger el coche y regresar.

Hacia la mitad del recorrido hay un túnel con un canal de agua en la parte inferior, que comunica la zona de baños con una barriada de la parte alta de Cudillero, al llegar a él decidimos recorrerlo, los demás hicieron el recorrido en sentido inverso para volver al punto de partida; yo decidí hacerlo por el centro del pueblo, donde el rodeo realizado me permitió volver otra vez a la plaza, permitiéndome de nuevo admirar los bellos rincones y empinadas calles de este encantador pueblo, pasé a la iglesia de San Pedro y por el exterior del ayuntamiento bajé hasta la plaza para a continuación dirigirme al aparcamiento.

Luego ya en el coche en dirección  Avilés, regresamos por Soto del Barco-Pravia-Cornellana-Tineo-Lavadoira.

Al anochecer bajo un cielo gris empieza a desperezarse la única farola de alumbrado público que hay en el exterior de la casa; debido al silencio reinante y al casi nulo paso de vehículos a estas horas, los sonidos nocturnos nos llegan con toda nitidez , a la sempiterna melodía de los grillos y los alacranes cebolleros se une ahora el sonido zumbón  de de algún abejorro despistado y el suave gorjeo de algunos pájaros  trasnochadores, mientras en la lejanía a intervalos irregulares se oye el apagado ladrido de un perro y la esquila de una o varias vacas.

Más tarde el cielo se encuentra tachonado de estrellas a las que raramente vemos titilar.

Al día siguiente en la lejana cordillera de montañas gibosas y redondeadas que hay  al este de la casa y casi frente a ella, aparece un esplendido sol crepuscular ligeramente ensombrecido por la calima, mientras detrás de la casa en el interior de la cárcava, un diminuto raitan se despereza saltando entre las ramas de los avellanos preñados de frutos, al mismo tiempo del interior del bosque, como un susurro nos llega el arrullo de una tórtola, tal vez  enamorada, que debido a las altas temperaturas del final del estío, bien pudiera confundir este con el inicio de la primavera.

El sol nos ponía en sazón los abundantes higos de la higuera de la casa, que al menor descuido eran picoteados por los pájaros.

Otro  día fuimos a Gijón, aparcamos en el Parque de Isabel la Católica muy cerca del estadio del Molinón.

Recorrimos todo el Muro o paseo marítimo, al llegar a la calle Jovellanos nos desviamos por ella hasta la calle San Bernardo para llegar al Parque Begoña, paseamos por este; admiramos la bella arquitectura del Café Dindurra y el Teatro Jovellanos y nos dirigimos a la calle Corrida donde las mujeres aprovecharon para hacer shopping, algo que no dejaron de hacer durante todo el recorrido, incluyendo los puestos ambulantes del Muro.

 

Gijón, playa de San Lorenzo con marea baja

Al final de la calle Corrida con la vista puesta en la estatua de Pelayo y el palacio de Revillagigedo, recorrimos la mayoría de las terrazas de los  restaurantes del entorno de la Plaza Mayor, que impregnan la zona con su encantador sello característico confiriéndole una personalidad entre bucólica y festiva.

 

Callejeando por Gijón

Al final decidimos comer en la terraza del restaurante El Antiguo junto a una de las entradas de la plaza Mayor, situado en la calle Valladolid, 2, 12 € menú; después de la comida nos tropezamos con un caricaturista de a pie que a vuelapluma nos inmortalizo  a las mujeres y a mi en una hoja de papel.

 

Comiendo en El Antiguo y estatua de Octavio Augusto junto a las termas romanas

Desde el extremo opuesto de la plaza mayor con el asombro manifiesto de los que nos acompañaban por vez primera, contemplamos como el agua había reconquistado toda la arena de la  playa, llegando ahora a lamer las paredes del Muro, solo una diminuta elevación al lado de la Escalerona y una pequeña franja en la zona del Piles se mantenían libre de agua, donde el apiñamiento de los bañistas era manifiesto.

 

Gijón, playa de San Lorenzo con marea alta

Ahora nos dirigimos hacia la iglesia de San Pedro; cuando nos encontrábamos delante de las Termas Romanas del Campo de Valdés, nos encontramos con Lorenzo Redondo y su familia, aprovechando para charlar un rato; la iglesia estaba cerrada por lo que delante del club deportivo (R.C.A.R.) dimos la vuelta y recorrimos el Muro ahora en sentido inverso para regresar al coche; durante el retorno las mujeres se dieron un remojón en la paya. 

 

Centro Cultural Oscar Niemeyer

Pusimos rumbo a Avilés para visitar el Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer; para acceder al mismo hay un aparcamiento sobre tierra, al decir tierra quiero decir, tierra, piedras, terraplenes, es decir muy deficiente e irregular, pero esto no es todo, sino que para llegar al mismo hay que pasar por un paso a nivel con barreras, que no cubren la entrada de peatones, lo que representa un flagrante peligro sobre todo para niños, pero también para personas mayores y coches, ya que el paso de trenes (FVE) es constante, pero es que además en la calle o camino de acceso al parking propiamente dicho y antes de la entrada al mismo hay una rotonda (rotondilla) que antes que favorecer la entrada y salida de coches, la dificulta.

 

Centro Cultural Oscar Niemeyer

El coste del Centro dicen que es de 43 millones de euros, parece imposible que después de un desembolso como este ocurran estas cosas.

Después de aparcar accedimos al centro por la pasarela peatonal conocida como La Grapa, que pasa por encima de la vía del FEVE y de la ría y que está integrada en el centro de recepción de visitantes, que aparentemente estaba vacío y sin función, situado en la antigua Plaza del Pescado; dimos una vuelta por la plaza y nos informamos en el Edificio Polivalente de lo que podíamos ver.

Por tanto en la sala inferior del Auditorio pudimos ver una exposición fotográfica de fotógrafo Pablo Pérez Mínguez, el auditorio no se podía visitar, solamente puede hacerse asistiendo a alguno de los espectáculos programados, en La Cúpula vimos una exposición de las 50 mejores fotografías de National Geographic, en lo que concierne a La torre, en ella hay instalado un restaurante, que ese día no abría o que solo abre por las noches y por tanto no pudimos acceder a la misma, el restaurante es after-work D´Miranda 360º regentado por el afamado chef de la región Koldo Miranda.

 

Centro Niemeyer, Torre e interior de la sala de exposiciones del Auditorio

La visita tiene un precio de 3 €, pero los miércoles la entrada es gratuita.

El edificio del Centro cultural Niemeyer, es un ejemplo de transformación de un espacio degradado debido a su antigua ocupación industrial, de reordenación urbanística y de regeneración económica en torno a la Isla de la Innovación, que ha cambiado la fisonomía de la industrial villa de Avilés.

 

Centro Niemeyer

Finalmente regresamos a Lavadoira, donde sobre las diez de la noche, algo cansados y con niebla hicimos nuestra aparición.

El siguiente día amaneció nublado con sol a raudales sorteando las muchas nubes que se interponían en su ininterrumpido viaje.

Carretera abajo aparecen Atilano y Josefina con once vacas rojas que llevan a pactar al prado de abajo; luego volverán para llevar el resto al prado de arriba.

JA se encarga de darle aire al dalle amputando toda la hierba que ha crecido alrededor de la casa, JM la va retirando y apilando, mientras tanto Manolo con la ayuda esporádica, a veces constante de JA, se dedica a recolocar todas las tejas de la panera.

 

Con bolsa de avellanas en el Camino de Santiago y delante de la panera de la casa

Son numerosos los peregrinos que pasan delante de la casa siguiendo el camino de Santiago, con algunos de ellos establezco contacto y esto es lo que  me dicen:

Hablo con una que dice ser o venir de Oviedo pero que solo va a llegar hasta Pola de Allande, porque tiene quehaceres que no puede dejar, luego pasaron dos que decían venir de Londres, un poco después una señora que decía ser griega, más tarde una pareja de hombres que eran de Madrid, pero habían iniciado el camino en Oviedo y como mucho decían que en esta ocasión solo llegarían hasta Lugo porque no tenían tiempo para más.

Por el camino de abajo aparecieron cuatro peregrinos uno decía ser de Pontevedra, los otros tres de Ceuta, venían de Tineo, pero habían partido de Oviedo,  el día 14  pensaban llegar a Santiago; mostraban su contento porque el día estuviera grisáceo ya que ello les ayudaba a mitigar las penalidades de la caminata.

Sobre las 13:45 pasan dos señoras que no van juntas, la más joven de Madrid viene desde Tineo y empezó el camino en Oviedo y dice no saber cuándo llegará a Santiago, la otra mucho mayor y con una pesada carga a la espalda dice proceder de Canadá.

Poco después llegan las mujeres que habían ido de compras a Pola.


Con un par de………. calabacines

Por la tarde mientras JA y Manolo continúan con el tejado de la panera JM y yo sesteamos, las mujeres visitan a Pilar y Encarna, luego yo que había subido al alto a fin de obtener cobertura y contactar con Emilio para vernos en Ponferrada, me uno a ellas en casa de esta ultima y charlo animadamente con Fernando, luego regreso a la casa para preparar una tortilla con las patatas que nos dio Encarna.

 

Con Pilar delante de su puerta

 

Con Josefina en el prado


Reunidos en la casa

Llegó el día de acercarnos a Ponferrada, son unos 135 kilómetros con dos grandes puertos, el de Rañadoiro, afortunadamente desde 2010 hay un túnel de 1924 metros de longitud, y el de Cerredo de 1359 metros de altitud y con unas dos horas y media  de duración del recorrido, enmarcado en su totalidad por un bello paraje.

 

Ponferrada, Castillo de Los Templarios

 

Ponferrada, Castillo de los Templarios

Solo fuimos dos, los otros cuatro aprovecharon para acercarse a Grandas de Salime.

Entramos por el lado del Castillo de los Templarios y aparcamos relativamente cerca del mismo, era festivo estaban en plenas fiestas de la Virgen de la Encina y la gente bullía por todas partes, en las inmediaciones del castillo se hallaba instalado un mercadillo medieval; vimos varios peregrinos por las inmediaciones del castillo, de hecho  hay un albergue muy cerca del mismo; establecí contacto con una pareja compuesta por dos mujeres, una francesa mayor y la otra  china más joven, siendo esta mi interlocutora, primero me preguntó en qué dirección estaba Villafranca del Bierzo y luego por la oficina de información, yo le pregunté si se habían conocido en el camino y ella me dijo que no, que ella estaba viviendo en Francia y venían desde allí.

 

Ponferrada, Castillo de los Templarios, interior del mismo

Luego nos sentamos en la terraza de un bar situado entre la Torre del Reloj y la Plaza Mayor y allí quedamos con Emilio y Manolo; después del encuentro entre animada charla, recordando ellos, anécdotas de otros tiempos que yo a veces no recordaba, dimos un paseo hasta el colegio Campo de la Cruz, en el interior de cuyo patio había instalado un mercadillo de cerámica de alta calidad representando a los centros de producción más importantes.

 

Con Emilio y Manolo en la Plaza Mayor y junto a la Torre del Reloj

  

Bailando en la Plaza Mayor

Era tarde y nos propusieron ir a comer, para ello nos dirigimos hasta donde tenían aparcados los coches  y en el de Emilio nos fuimos a un restaurante que conocía Manolo en Cuatro Vientos, restaurante A Nosa Taberna, Duque de Rivas, 8; comimos a base de raciones de pulpo con cachelos, mejillones con salsa de tomate y lacón con pimientos y un vino de la casa. Pagó Emilio, 60 € propina incluida.

 

Junto a la estatua de José Fernández, último barquillero de Ponferrada

Antes desde el coche de Emilio y haciendo este y Manolo de guías hicimos una visita panorámica por el plantío y sobre todo por la zona donde se encontraba la montaña de carbón, que ahora está libre, en las proximidades de la misma se ha construido el nuevo estadio de la Ponferradina, por cierto que el domingo había un enfrentamiento entre esta y el Sporting de Gijón y nuestros anfitriones apostillaban sobre cual ganaría, finalmente hubo empate a dos.  

 

Posando junto a Luis del Olmo

Toda esta zona y los alrededores han crecido de forma exponencial y se encuentra abarrotada de nuevos edificios y chalets.

Después de comer a petición nuestra nos dejaron en la Plaza Lazúrtegui, por donde dimos un paseo, el mercado de abastos se encuentra al lado, así como un busto en homenaje a Luis del Olmo del que nos dijeron que ha hecho mucho por la ciudad, continuamos andando y llegamos al castillo pasando al interior.

Poco después cogimos el coche  desde el que vimos los dos elevadores para subir de la parte baja a la alta, paramos en la calle de las Hortensias donde indagamos sobre el paradero de nuestros antiguos vecinos, pero unos se habían mudado y otra era mayor y estaba en una residencia, dimos por concluidas las indagaciones y nos acercamos al estanque de los patos.

Finalmente cogimos el coche y pasando por el centro de la ciudad, abandonamos esta definitivamente llegando a Lavadoira sobre las 20:30 horas. Los otros cuatro componentes del grupo ya estaban allí.

El sábado amanece con niebla y orvallando, lluvia menuda y persistente que cala hasta los huesos, solo se oye el tenue ruido de alguno de los escasos pajarillos y a lo lejos los cencerros de las vacas, por lo demás el silencio es absoluto, roto solamente por el paso de algún eventual coche.

Pasa un grupo de tres mujeres y un hombre, una tía y su sobrina, de Pola Laviana,  la otra alemana y el de Pontevedra pero emigrante cuarenta años en Alemania; inician la ruta en Oviedo.

Otra pareja que pasó antes que los anteriores dicen venir de Canarias y haber empezado la ruta en Oviedo.

A lo largo del día pasaron muchos más peregrinos.   

Las mujeres por las mañana se van de compras a Pola de Allande.

Pasamos toda la tarde en casa.

A las once y media de la noche bajamos a Pola de Allende que está en fiestas, es la Fiesta del Avellano, solo bajamos nosotros dos el resto se queda en casa. Bailamos con dos magnificas orquestas venidas de Galicia que actúan ininterrumpidamente, sucediéndose una a otra sin pausa entre ellas, son Almirante y Nebraska y se relevan cada hora y media o dos horas de actuación, prolongándose esta hasta la llegada del alba o muy cerca, nosotros nos marchamos a las dos y media de la madrugada, antes y desde la misma pista de baile vimos una pequeña descarga.

Domingo día 8 gran fiesta en Asturias (La Santina) y en muchas ciudades y municipios del resto de España, amanece nublado y el día está muy frio, la estufa de de leña permanecerá todo el día encendida aunque no es el primero que la encendemos.

Por la mañana mientras JA sigue con la guadaña y el hocino limpiando de hierbas y matorrales los alrededores de la casa, nosotros nos bajamos hasta Pola al baile del vermú, amenizado por la orquesta Odeón.

Por la tarde siesta y visita a casa Cachucha, donde charlamos animadamente con Pilar, Jose, su mujer y lo intentamos con su tímido sobrino Pedro, sin conseguir sacarle palabra alguna, cuando ya nos marchábamos llegaron sus dos sobrinas.  

Por la noche vamos a Buño, un pequeño promontorio, para contemplar la Gran Descarga del Avellano, (fuegos artificiales) yo la vi desde el interior del coche pues realmente hacía frio; es norma habitual que todos los años se desplacen hasta allí para ver la Descarga muchos vecinos de la zona, por lo que estábamos bien acompañados. Antes del inicio de la misma una luna lorquiana se ocultó detrás de un elevado monte.

Sobre las doce de la noche bajamos, esta vez todos, a la verbena que en esta ocasión   estaba amenizada por otras dos grandes orquestas gallegas, Poceiro y Odeón, al contrario que la noche anterior apenas había espacio para el baile, parecía como si toda la comarca se hubiera concentrado allí esa noche; como Poceiro hacía un espectáculo variado, la mayoría de la gente miraba en vez de bailar.

Esta noche Nani que iba poco abrigada pasó muchísimo frío.

En el baile nos juntamos con Atilano y Josefina, luego tomamos algo en su compañía y después unos churros; cuando llegamos a la casa a las cuatro de la madrugada el cielo estaba tachonado de estrellas.

El lunes seguía siendo fiesta y otras dos nuevas orquestas amenizaban la velada, esta vez eran Sierra de Luna, e Ilusión pero aunque Atilano y Josefina, se acercaron por la noche para que les acompañáramos no lo hicimos, dando por concluida las Fiestas del Avellano.

Había dos escenarios independientes, cada uno de ellos correspondía a una orquesta, cuando una de ellas finalizaba su actuación, se bajaba el telón, de manera similar a como se hace en un teatro, e inmediatamente o simultáneamente se subía el telón de la otra y empezaba a tocar, de forma que no hubiera pausa alguna entre ambas actuaciones.

Según nos comentaron algunos lugareños, el contratar tantas y tan buenas orquestas, es debido a que el concejo recibe buenos ingresos por los molinos eólicos o aerogeneradores que hay instalados en el Puerto del Palo.   

El día, como no, amaneció nublado y nos levantamos muy tarde, mientras los demás permanecían en la casa nosotros dos nos acercamos hasta Tuña y la recorrimos en su totalidad, quedando maravillados de su particular belleza, vimos exteriormente todas sus calles, casonas, palacios, paneras, jardines y huertos de cultivo y todos los detalles más destacados.

Tuña es una parroquia del concejo de Tineo en el Principado de Asturias (España). Fue Premio Príncipe de Asturias al Pueblo Ejemplar en el año 2000. En esta parroquia nacieron el general Rafael del Riego y el escritor en asturiano Antón García. El pueblo de Tuña destaca por el número de casonas palaciegas que alberga pertenecientes a diferentes familias nobiliarias.

 

Tuña, bello jardín y atractiva curva

 

Tuña, lugares con mucho encanto

Tuña, capital del “Cuarto de la Riera”, posee un rico patrimonio artístico y etnográfico, con notables casonas y palacios, así como abundantes hórreos y paneras. “Los méritos acumulados por los vecinos de este valle del suroccidente asturiano (solar natal del general Riego, una de las más relevantes personalidades de la Asturias contemporánea) en la defensa de su patrimonio histórico, artístico, cultural y etnográfico, y en la preservación de su entorno y de las formas de vida, trabajo y relaciones tradicionales” le valieron el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 2000 de la Fundación Príncipe de Asturias.

 

Tuña, otros sitios con encanto


Tuña, rincones muy pintorescos

Todas las casas son de titularidad privada por lo que solo pudimos verlas exteriormente, a continuación pongo una relación de las más notables:

Casa de la Torre, edificio rehabilitado para  su uso hotelero, conservando su aspecto original. Destaca la torre de origen medieval (s. XIV) y carácter defensivo de planta cuadrada y tres pisos indiferenciados. Cuerpos adosados a partir del XVII en dos de sus ángulos, destacando en el frontis el modelo de portal y solana.

 

Tuña, rincones con duende

Palacio Cabo del Rio, construido en los siglos XVI-XVIII, destaca por su grandiosidad y cuidada factura. De planta cuadrada y tres torreones, dos de ellos flanqueando la fachada, y tres pisos con galería de madera.


Tuña, Palacio Cabo del Rio

Casa Cienfuegos, Torre de origen medieval (s. XIV) a la que le fueron adosando edificios auxiliares. Fue casa natal de Pedro Cienfuegos y Villazón (1652), obispo de Popayán en Indias, ascendido a la sede de Trujillo y posteriormente a la de Michoacán.

 

Tuña, Casa Cienfuegos y panera con aprovisionamiento de leña 

Casa Natal del General Riego “La Chamborra”, en esta casa nació Rafael del Riego en 1784, general español y político liberal, cuyo pronunciamiento en Las Cabezas de San Juan (Sevilla) el 1 de Enero de 1820 supuso el establecimiento de la constitución de 1812 y el inicio del Trienio Liberal.

 

Tuña, Casa del General Rafael del Riego

Palacio Barreiro, situado de camino a Castañedo, ocupa una situación privilegiada para contemplar la localidad. La fachada principal está formada por dos robustas torres de planta cuadrada, una de las cuales (s. XIV) pudo ser el núcleo original del palacio. El resto se edificó en el siglo XVIII.

 

Tuña, Palacio Barreiro

Palacio Flórez Valdés, casona rural emplazada tras una cerca almenada, con galería abierta en el piso superior. Destaca la torre del s. XV, de planta cuadrada y tres pisos. En la fachada principal ostenta el escudo de armas de Núñez de Tuña, Quiñones, García de Sierra y Flórez de Sierra.

 

Tuña, Palacio Flórez Valdés y panera típica

Iglesia de Santa María de Pedrero, Construida en el siglo XVIII en piedra rosada, abundante en la zona, presenta planta de cruz latina, espadaña exterior y capillas laterales con interesantes retablos, destacando el altar mayor; los detalles internos no los vimos al estar cerrada.
 

Tuña, Iglesia de Santa María de Pedrero

Frente a la iglesia se encuentra  un busto del General Riego, obra del escultor asturiano Iglesias Luelmo y una placa conmemorativa del Premio Pueblo Ejemplar de Asturias en el año 2000.

 

Tuña, busto del General Rafael del Riego y placa conmemorativa

Puente de Carral, de forma alomada y arco de medio punto, es testimonio de una calzada romana. Su cantería en piedra rosada, enmarca el antiguo recinto ferial, donde cada 3 de Febrero se celebra la popular feria de San Blas. La leyenda dice que en los cimientos de este puente hay una piel de vaca, toda ella de oro. En este lugar se instaló en el año 2000 una réplica de de un Ara Romana dedicada a los Lares Viales, dioses romanos protectores de los caminantes.

 

Tuña, puente de Carral, al fondo Palacio Cabo del Rio

De este puente parte una ruta senderista, que nosotros no hicimos, que lleva hasta el Dolmen de Merillés, que se encuentra en la Colina de Las Cabanas, refugio de pastores y aldeanos, no se ha localizado ningún resto de ajuar o pintura, pero es uno de los monumentos megalíticos más bellos de Asturias.

Después de este pintoresco recorrido, hicimos unos 9 kilómetros de carretera ascendente, enclavada en un marco de belleza sublime, hasta llegar a la Fana de Genestaza, impresionante espectáculo de cuarcitas, situado en la ladera occidental de la Sierra de la Cabra, a 1429 metros. 


Fana de Genestaza

Sobre las cuatro de la tarde regresamos a casa, los demás ya habían empezado a comer y nos agregamos a la mesa para saborear el rico pote y la fabada que habían preparado.

Por la tarde me fui caminando Porciles por el camino de abajo, el más bello de este doble tramo del camino de Santiago, el otro es la carretera; en dirección contraria como no podía ser de otra manera, venia un peregrino, me dijo que era de Barcelona que venía desde Tineo, pero que el camino lo había comenzado en Roncesvalles; continuo mi lento caminar y llego a Porciles, me acerqué a casa de Mamél, este que se encontraba al otro lado de la carretera en la parte alta, me dijo que llegaba de inmediato, debió de confundirme con un peregrino al verme llegar con bastón, pero inmediatamente lo saqué de su error, yo lo conocía por referencias pero no lo había visto nunca, charlamos durante largo rato, recargué el móvil y me marché, ahora retorné por la carretera.

Este día subió mucho la temperatura, nada que ver con los anteriores, cuando llegué a casa JM se encontraba en el exterior, JA y Manolo seguían retechando la panera, las mujeres se encontraban en animada charla con Pilar.

Domin había pinchado en plenas fiestas cuando todo estaba cerrado y se hacía necesario reparar esa rueda, aunque la primera impresión de algún especialista que la atendió en Pola era que tenía que sustituir las dos ruedas delanteras y hacerle el paralelo, para ello en un día nublado pero no frío nos desplazamos con dos coches hasta Cangas del Narcea, todos menos JA y Manolo que seguían con su trabajo de retechado; a la entrada de Cangas dejamos el volkswagen en un taller y seguimos en el rover hasta el pueblo, después de aparcar realizamos las compras en un supermercado de la cadena el Árbol, dejamos las compras en unas taquillas y emprendimos la visita turística de la ciudad.

 

Cangas del Narcea, puente colgante e iglesia de Santa María Magdalena

 

Cangas del Narcea, puente romano y área aledaña al rio


 

Cangas del Narcea, bella estampa con el puente romano como referencia

Paseamos por las calles del centro, y vimos la iglesia de Santa María Magdalena y el Palacio de Omaña (oficina de turismo) en la Plaza Mayor; atravesamos el puente colgante y el puente romano y no dejamos de admirar los bellos rincones que fueron apareciendo a lo largo de nuestro recorrido. Algo que no deja a nadie indiferente es el abandonado edificio del antiguo hotel Truita, por su rara arquitectura y por que aún continúe en ese estado semiruinoso y de abandonado después que hace  bastantes años sufriera un aparatoso  incendio.

https://www.youtube.com/watch?v=VA5EqVPS0_o


Edificio del antiguo hotel Truita, al fondo del callejón


Edificio del antiguo hotel Truita (foto tomada de internet)

Sobre las tres de la tarde estábamos sentados en una terraza de Cangas con un tiempo esplendido, 19º ,  al llegar a Lavadoira ya había cambiado considerablemente, luego  toda la tarde estuvo  orvallando,



Cangas del Narcea, pintorescos lugares del centro


 

Cangas del Narcea, rincones de un gran atractivo

Comimos los restos del día anterior, revuelto de pote y fabada, luego JA y yo nos acercamos a Porciles donde un vecino le dio unas 60 tejas que le faltaban para acabar de retechar la panera, y las trasladamos en el coche hasta la casa.

Sobre las seis de la tarde nos acercamos a recoger el coche, como no estaba terminado, llegamos a Cangas donde las mujeres hicieron algunas compras, allí no orvallaba y la temperatura era de unos 16 º.
Por la noche visita a Atilano y partida de tute.

El penúltimo día fue bastante relajado, amaneció con sol y nubes dispersas; JM se dedicó a picar migas y luego a hacerlas, ya que iba a ser la comida de ese día, yo me atreví por fin a subir a la cárcava y lo hice por el lugar más intrincado, para bajar luego por el sendero, JA se dedico a cortar algunos avellanos que amenazaban el espacio de la panera y Manuel termino de retechar la panera; mientras tanto las mujeres se fueron a charlar con Josefina.

Como todos los días pasaron diversos grupos de peregrinos a pie y en bicicleta, pero esta vez  como otras muchas no mantuve ningún tipo de contacto con ellos.

Por la tarde las mujeres lavaron los dos coches y luego se fueron a recoger avellanas, poco después y mientras nosotros jugábamos una cuatrola fueron a despedirse de Pilar.

Por la noche llegaron Atilano y Josefina y echamos una partida de tute.

Antes de abandonar este relato y como de vaqueiros se trata y estos sin brañas no existirían, quiero dejar constancia que aunque en esta ocasión no visitamos braña alguna si lo hicimos en 2010, cuando nos acercamos a las famosas Brañas del Campel tomando las fotos que a continuación se muestran.

 

Brañas del Campel

 

Brañas del Campel

Una de las brañas vaqueiras más espectaculares de Allande es la Braña de El Campel, situada en la parroquia de Santa Coloma, entre el alto de La Marta y Bustantigo. Por sus cercanías se encuentra la Carreiriega de los Gallegos, un antiguo camino romano o prerromano que servía de paso entre el valle del Narcea y el valle del Navia.

Se trata de una braña equinoccial, ya que se encuentra a menos de 3 horas de camino de los pueblos más cercanos; así, los vaqueiros las visitaban a menudo para realizar trabajos en ellas para luego continuar su día a día en el pueblo. Debido a este trasiego, este tipo de brañas no suele tener edificaciones dedicadas a vivienda. El nombre de braña equinoccial se debe a que eran usadas durante primavera y otoño, antes de subir el ganado a los pastos de altura.

El día 12 sobre las diez de la mañana salimos para Madrid; sobre las 13 horas paramos a tomar un “piscolabis” y poco después de las 15 horas estábamos comiendo en el asador restaurante Las Cubas de Arévalo, la ración de cochinillo 16 €, el importe total de la comida ascendió a 135,75 €.

 

Arévalo, Restaurante Asador Las Cubas


 

 Arévalo, Carmen dormida de Antonio López (Tomelloso) y Castillo

El día 13 sobre el mediodía con la luctuosa noticia recibida la noche anterior, del fallecimiento de Pepe martilleándonos aún las sienes, llegamos a Puertollano.

De la misma forma que en el relato "Por Asturias" hice una mención especial a una de las personas que aparecían en el y que ya no está entre nosotros, quiero aquí hacer lo mismo con otra de las personas que ha aparecido en este relato, que ya nos dejó, no es otro que Manolo, el del retechado de la Panera, q.d.e.p. ( Esta nota la he añadido al relato en el momento de trasladarlo al blog, el 19 de Agosto de 2.015)



Puertollano 18 de Septiembre de 2.013.
     



 
         
   


  

      
      
  




     


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